Al menos 26 personas murieron y aproximadamente 400 resultaron heridas en los ataques lanzados contra el consulado británico y el banco HSBC de la misma nacionalidad en el centro de la ciudad turca, según confirman las autoridades locales.
Entre los fallecidos se encuentra el cónsul general británico, Roger Short.
El terrorismo «agrava los problemas que pretende resolver», afirmó Navarro-Valls en un comunicado.
«Vuelve a la mente cuanto ha afirmado el Santo Padre: “El terrorismo se funda en el desprecio de la dignidad del ser humano” y por esto es “un crimen contra la humanidad”, sobre todo “cuando se hace estrategia política”», recordó.
Un testigo afirmó a la cadena nacional de televisión NTV que el atentado contra el banco HSBC en Estambul –en el barrio comercial de Levent– fue cometido con un coche bomba, del cual salió un hombre huyendo.
En cambio, el ataque contra el consulado británico –en el distrito de Beyoglu– fue obra de un suicida, quien se estrelló con una camioneta contra el edificio, según testigos citados por la agencia Anadolu.
El atentado ha sido reivindicado por la red terrorista de al-Qaeda y por el grupo fundamentalista turco Ibda-C (Frente de los Combatientes Islámicos del Gran Oriente), el mismo que asumió la responsabilidad de los ataques del sábado pasado contra dos sinagogas también en Estambul, que provocaron la muerte de 25 personas y heridas a más de 300.