De acuerdo con la información proporcionada por «The Cardinal Kung Foundation» –con sede en Connecticut, Estados Unidos–, el prelado fue trasladado al hospital para ser sometido a una intervención ocular y recibir tratamiento cardíaco.
En torno al 15 de noviembre pasado, el obispo fue visto en el centro sanitario rodeado de al menos 20 miembros de la seguridad del gobierno. Al día siguiente, algunos fieles preguntaron por él en el hospital, pero su nombre no constaba en el registro de pacientes.
El obispo Su Zhimin fue arrestado el 8 de octubre de 1997. Muchos gobiernos y asociaciones católicas reclamaron noticias del prelado y solicitaron su puesta en libertad. Sin embargo, durante todo este tiempo el gobierno chino nunca ha informado de él.
Junto a su auxiliar, Francesco An Shuxin, arrestado y desaparecido desde 1997, es uno de los obispos que desde hace más tiempo permanece en prisión.
Monseñor Su Zhimin ha sido detenido al menos cinco veces en su vida por un total de 27 años. Pertenece a la Iglesia «clandestina» y ha rechazado inscribirse en la «Asociación Patriótica», la estructura del Partido Comunista que controla a la Iglesia católica en China.
En una ocasión fue golpeado con tal dureza en la prisión que sufrió una considerable pérdida auditiva. En abril de 1996 huyó de una nueva detención y se ocultó hasta octubre del año siguiente.
«Durante los últimos seis años, el gobierno chino ha estado negando sistemáticamente que se conociera el paradero del obispo Su Zhimin, mientras que de hecho el prelado ha permanecido retenido continuamente por dicho gobierno», denuncia Joseph Kung, presidente de la Fundación.
«Negar al obispo Su Zhimin el contacto con su familia y ocultarles su paradero constituye una violación flagrante de los derechos del prisionero –advierte–. Ahora que ha reaparecido muy enfermo, el gobierno chino debería entregarlo inmediatamente al cuidado de su familia».
«Mientras se prepara para los Juegos Olímpicos, China haría bien en demostrar al mundo que respeta sinceramente todos los principios humanitarios y de paz, y no perpetuar tal violación de los derechos humanos a sólo ochenta millas de Pekín», sugiere Joseph Kung.
«Pedimos a todas las personas de buena voluntad oración por este valiente líder de la Iglesia “clandestina”. Igualmente apremiamos a todos los líderes de los países libres para que reclamen la libertad del obispo Su Zhimin», concluye.
«The Cardinal Kung Foundation», dedicada a la promoción de la libertad religiosa de la Iglesia católica en China, fue creada por el cardenal Ignatius Kung Pinmei, fallecido en marzo de 2000, obispo de Shanghai que tuvo que exiliarse en Estados Unidos.
Más información en www.cardinalkungfoundation.org.