«Nuestro pueblo quiere que (el presidente Jean-Bertrand) Aristide dimita, porque ya no puede soportar la injusticia que su Administración está implantando en Haití», afirmó un miembro de la jerarquía católica del país quien pidió permanecer en el anonimato.
En una conversación telefónica con «AIN» –obra de Derecho Pontificio dependiente de la Santa Sede—, el prelado describió la agitación política y la corrupción que el régimen actual ha provocado en Haití.
Igualmente observó que aproximadamente el 75% de la población haitiana –unos 8,1 millones de habitantes—vive por debajo del umbral de una pobreza extrema.
«De hecho, el gobierno de Aristide es una anarquía, y resulta escandaloso que la seguridad del presidente la garantice un equipo norteamericano pagado con dinero haitiano», señaló.
«La violencia forma parte de la vida cotidiana: prácticamente cada día se registra la muerte de personas inocentes y asaltos a autobuses. Ahora, más que nunca, nuestro pueblo necesita las oraciones y el apoyo del exterior», pidió finalmente.
En 1947, el padre Werenfried van Straaten (1913-2003), sacerdote premonstratense holandés, fundó «AIN» para sostener a la Iglesia donde tuviera dificultades en su misión a causa de la falta de libertad religiosa o de medios económicos. Actualmente, la organización cuenta con filiales en diecisiete países.
En la sede internacional, ubicada en Königstein (Alemania), se tramitan anualmente un promedio de diez mil proyectos presentados por sacerdotes, religiosos y obispos de más de 130 países del mundo.
En 2002, AIN apoyó proyectos pastorales en Haití con más de 900.000 euros, siendo éste un país prioritario para la asociación católica internacional.