«Manifestamos nuestro apoyo a todos los esfuerzos orientados a una reforma agraria que no se limite, en Brasil, a la distribución de las tierras, sino que prevea también una política capaz de ayudar al campesino a vivir dignamente», afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Geraldo Majella Agnelo.
«No reproduciremos un modelo de abandono o exclusión –aclaró Rossetto-–, sino que pretendemos realizar un programa para asegurar una aceptable calidad de vida».