DAKAR, miércoles, 8 enero 2004 (ZENIT.org).- Los obispos de Senegal han recibido amenazas de muerte por haber denunciado el pasado noviembre la degradación del clima socio-político del país africano.
Las amenazas, que las organizaciones de defensa de los derechos humanos han tomado en serio, se contienen en una carta dirigida a monseñor Théodore Adrien Sarr, arzobispo de Dakar y presidente de la Conferencia Episcopal senegalesa, que reúne a los obispos de Senegal, Mauritania, Ginea-Bissau y Cabo Verde.
La carta fue enviada desde la capital el 9 de diciembre pasado por el denominado «Grupo de jóvenes de acero», que afirma contar con el apoyo del presidente Abdoulaye Wade, según recoge «Radio Vaticana».
En el poder desde abril del 2000 –tras pasar 26 años en la oposición–, Wade se ha convertido en objeto de crecientes críticas por su modo de dirigir el país.
También los obispos, el 29 de noviembre pasado, al término de una reunión, denunciaron el número en aumento de crímenes impunes y expresaron su preocupación por las amenazas a la democracia y la progresiva degeneración del clima político y social en Senegal.
A la declaración de los prelados, Wade respondió con una misiva a monseñor Sarr en la que calificó de injustas las críticas que presentaban a Senegal «como un país apocalíptico en un mar tranquilo».
Asimismo, en estos últimos meses, distintos opositores al gobierno del presidente Wade han sufrido amenazas y agresiones.