«El papel central de la familia es amenazado hoy, según el parecer de muchas personas, por un mal entendido sentido de los derechos», afirmó el Santo Padre al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Italia ante la Santa Sede, Giuseppe Balboni Acqua.
Tras recordar que «es tarea de los gobernantes promover leyes que favorezcan su vitalidad», el Papa aseguró que «la familia espera las ayudas de carácter social y económico que son necesarias para el desarrollo de su misión».
«Está llamada a desempeñar una importante función educadora –aclaró–, formando personas maduras y enriquecidas por valores morales y espirituales que sepan vivir como buenos ciudadanos».
«Es importante que el Estado preste ayuda a la familia, sin sofocar nunca la libertad de opción educativa de los padres y apoyándose en sus inalienables derechos y en sus esfuerzos, para consolidar así el núcleo familiar», concluyó.
El Papa y los obispos italianos vienen pidiendo desde hace años ayudas públicas para las escuelas privadas italianas, que se encuentran entre las menos subvencionadas de Europa.
