En declaraciones a la agencia Veritas este lunes, monseñor Moliner reconocía: «Etiopía no es un país fácil; todos recordamos los graves problemas que tuvo hace unas décadas con la pobreza y el hambre».
«Además, pasó un régimen comunista del que la Iglesia tuvo que sobrevivir», prosiguió. La labor del nuevo nuncio se centrará en «profundizar y estrechar las relaciones de la Santa Sede con Etiopía con especial atención a toda la ayuda humanitaria que podamos desempeñar allí».
El prelado aragonés, sin embargo, no llegará al país africano hasta marzo, «porque aún tenemos cosas que resolver aquí».
El arzobispo, que será además Delegado Apostólico en Somalia, fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1965, al servicio de la archidiócesis de Zaragoza. Entre 1970 y 1973 realizó los cursos en la Pontificia Academia Eclesiástica de Roma, la Escuela Diplomática de la Santa Sede.
Está licenciado en Teología y en Derecho Canónico y doctorado en Ciencias Sociales. Entre 1973 y 1993 trabajó en las representaciones diplomáticas de la Santa Sede en Nueva Zelanda, Ecuador, Costa Rica, Brasil, Uruguay, Sudán y Gran Bretaña.
Nombrado arzobispo titular de Sarda y Nuncio Apostólico en Papúa, Nueva Guinea e Islas Salomón, recibe la ordenación episcopal el 22 de febrero de 1993 en la basílica de El Pilar de Zaragoza de manos del arzobispo local, monseñor Elías Yanes. Entre 1993 y 1997 es nuncio en los citados países de Oceanía. Desde 1997 hasta ahora era nuncio apostólico en Guatemala.
