CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 22 enero 2004 (ZENIT.org).- La atención a la familia y a la juventud es el consejo que Juan Pablo II dejó este jueves al recibir en audiencia al presidente de Malta, Guido de Marco.
«Que las familias encuentren siempre ayuda y aliento en su tarea de educar a los jóvenes que son el futuro de Malta», afirmó el Papa al concluir las palabras que dirigió en inglés al presidente del archipiélago mediterráneo.
En su encuentro, el pontífice recordó el viaje que realizó a Malta, en mayo de 2001.
La peregrinación concluyó con la misa que celebró el Papa en la explana más grande de la isla, la de los Graneros, en la localidad de Floriana. Según las autoridades, participaron unas doscientas mil personas. En la República, el número de habitantes no llega a los 400.000.
«Esa peregrinación jubilar tras las huellas de San Pablo –confesó el Papa ante el presidente– fue para mi una ocasión de apreciar una vez más la antigua herencia cristiana de vuestro país y de alentar a vuestros compatriotas en sus esfuerzos por construir una sociedad digna de su noble tradición cultural».
«La fuerza de Malta ha residido siempre en sus familias, que no solamente han enriquecido su tejido social sino que han contribuido significativamente a la misión universal de la Iglesia, también mediante su abundante cosecha de vocaciones sacerdotales y religiosas», reconoció.
El 91 por ciento de la población de Malta es católico. Esta colonia inglesa hasta el año 1964, pasará a formar parte de la Unión Europea el próximo 1 de mayo, junto a otros nueve países.
