El Papa se encuentra con bailarines de «break dance»

Pide a los artistas fidelidad a lo bello y a lo bueno

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 26 enero 2004 (ZENIT.org).- El artista debe dejarse guiar por el bien porque no sólo es responsable de la dimensión estética del mundo y de la vida, «sino también de su dimensión moral», recordó Juan Pablo II el pasado domingo.

La música «hip-hop» se hizo hueco en la Sala Clementina, en el Vaticano, donde después de rezar el Ángelus el Papa recibió a un grupo de 70 artistas de la Fundación polaca «Centro de Creatividad Nacional» («Centrum Twórczości Narodowej»), creada como apoyo en Polonia a marginados y pobres y orientada a la promoción del estilo creativo en la vida, sobre todo entre la juventud.

Bailarines de «break dance» y ritmos de «hip-hop» protagonizaron un momento inédito que el Santo Padre aprovechó para recordar que «en el hombre “artífice” se refleja la imagen del Creador», algo que «implica una gran responsabilidad» en tres dimensiones.

Ante todo, el artista tiene responsabilidad hacia sí mismo y hacia su propio talento, porque «el talento artístico es un don de Dios y quien lo descubre en sí mismo advierte a la vez una cierta obligación», pues «sabe que no puede desperdiciar este talento, sino que debe desarrollarlo», explicó el Papa.

Pero el artista se da cuenta de que su talento «no lo desarrolla para autosafistacción» –añadió–, sino para servir «al prójimo y a la sociedad, en la cual vive», y es la segunda dimensión de la responsabilidad del artista: «el compromiso en plasmar el espíritu de las sociedades y de los pueblos».

El Santo Padre continuó explicando que en esta perspectiva «se desvela la tercera dimensión de la responsabilidad» que Platón sintetiza en la frase «La potencia del Bien se ha refugiado en la naturaleza de lo Bello».

Y es que «cuando se habla de la creatividad, espontáneamente se piensa en lo bello. Sin embargo, lo bello puede comenzar a existir sólo cuando en su naturaleza se refugia la potencia del bien», advirtió el Papa.

Por lo tanto, el artista «es responsable no sólo de la dimensión estética del mundo y de la vida, sino también de su dimensión moral». Por ello, «si en la creatividad no se deja guiar por el bien, o peor, se dirige hacia el mal, no es digno del título de artista», reconoció.

«Pongo en vuestros corazones –dijo el Papa a los jóvenes artistas presentes— esta triple responsabilidad. Sed fieles a lo bello y sed fieles al bien. Que esto os acerque a Dios, primer Creador de lo bello y del bien, para que podáis ayudar a otros a sacar de esta fuente inspiración para su crecimiento espiritual».

Participaron asimismo en la audiencia el vicepresidente de la fundación, el director polaco de cine Krysztof Zanussi –amigo personal de Juan Pablo II–, y la ministra polaca de Asuntos Europeos, Danuta Hübner.

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ZENIT Staff

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