CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 26 enero 2004 (ZENIT.org).- Más de un millar de fieles presenció en la Basílica de San Pedro el sábado pasado, festividad de San Francisco de Sales –patrono de los periodistas–, la ordenación episcopal que, de manos del secretario de Estado vaticano –cardenal Angelo Sodano–, recibió monseñor Renato Boccardo, nuevo secretario del Consejo Pontifico para las Comunicaciones Sociales.
Al nuevo prelado, de 51 años –que desde el 2001 se encarga de la organización de los viajes apostólicos de Juan Pablo II–, le espera una misión «no fácil», según reconoció el purpurado en su homilía a la vez que le indicó en la Exhortación Apostólica «Pastores Gregis» –promulgada por el Papa el pasado 16 de octubre– la inspiración para su labor episcopal y para su vida espiritual.
«Inicio esta nueva experiencia –declaró monseñor Boccardo al diario católico «Avvenire»– con la clara conciencia de haber recibido un mandato del Santo Padre y me pongo al servicio de la Iglesia, cuya gran misión es justamente el anuncio del Evangelio, por lo tanto la comunicación con “C” mayúscula».
En su opinión, en el contexto de las comunicaciones sociales, «el respeto de la verdad y el respeto de la persona» son dos valores de fondo a los que hay que apuntar «en un mundo que corre el riesgo de ser cada vez más superficial».
«Todos los que se dedican a la comunicación deberían, ante todo, considerarse al servicio de la verdad y por lo tanto del hombre –advierte–. No basta relatar lo que tiene más impacto o audiencia».
Si de alguien se puede aprender «la pasión por el hombre y la pasión por la verdad» es de Juan Pablo II, «un gran comunicador, no sólo con las palabras, sino también con los gestos», reconoce monseñor Boccardo.
El prelado pudo constatar además el impacto de los medios de comunicación, por ejemplo en la formación de la juventud, al desarrollar su labor al frente de la Oficina para los Jóvenes del Consejo Pontificio para los Laicos.
«A fuerza de ver ciertas telenovelas, o películas, o de escuchar determinados programas de radio o leer ciertos periódicos [los jóvenes] están expuestos al riesgo de adquirir una visión de la vida y de las relaciones interpersonales que no se corresponden con la realidad», explica.
De ahí que «la presencia de los católicos en el mundo de la comunicación sea necesaria y urgente –señala monseñor Boccardo–, no para colonizar o hacer cruzadas, sino para proponer, en el respeto de todos y cada uno, la visión cristiana».
«Como comunidad eclesial debemos preguntarnos qué hemos hecho y qué estamos haciendo para formar cristianos maduros y profesionales válidos para ocupar, con responsabilidad, el puesto que les es asignado», concluye.