CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 26 enero 2004 (ZENIT.org).- En su IX reunión concluida en el Vaticano el pasado 20 de enero, el Comité de Enlace Islámico-Católico ha reafirmado el diálogo como el mejor camino para manejar guerras y conflictos y para realizar la justicia y la paz entre personas y sociedades.
Así se desprende del comunicado conjunto firmado por el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el arzobispo Michael L. Fitgerald –que en el encuentro encabezó la delegación católica–, y por el presidente del Foro Internacional para el Diálogo, en Jeddah, profesor Dr. Hamid bin Ahmad AL-Rifaie, al frente de la delegación islámica.
Creado en mayo de 1998, dicho Comité está formado por representantes del mencionado dicasterio y del Comité Permanente de Al-Azhar para el Diálogo con las Religiones Monoteístas [la Universidad Al-Azhar, de más de mil años de existencia, es el centro de estudios e investigación más prestigioso del mundo islámico, con sede en El Cairo (Egipto)].
«Reconocemos que la paz es un nombre de Dios y que la dignidad humana es un don de Dios Todopoderoso», dice el texto redactado al término del encuentro que durante dos días afrontó el tema de «La dignidad humana y los derechos humanitarios en los conflictos armados».
«Por ello –prosiguen representantes católicos y musulmanes– hacemos un llamamiento a una oración constante por la paz, y afirmamos que la justicia y la paz son la base de las relaciones y de la interacción entre las personas humanas».
El comunicado incluye un llamamiento a «un cese inmediato» de todo conflicto –también armado– y toda agresión contra la seguridad y estabilidad de los pueblos, que tienen «derecho a la autodeterminación».
En caso de conflicto, se pide el «pleno respeto del derecho humanitario y de los derechos de los civiles», el acceso a agua, alimentos y tratamientos médicos y la preservación «de todo lo que es necesario para la vida», un llamamiento que «se basa en valores religiosos comunes y en la necesidad de sostener las convenciones internacionales».
«Hacemos un llamamiento al respeto del carácter sagrado de los lugares del culto y a su protección en tiempo de guerra y de paz, y a que se defienda el derecho de culto», y «afirmamos el derecho a la libertad religiosa y a la práctica de nuestras religiones según sus particularidades», añaden los miembros del Comité de Enlace Islámico-Católico.
«Convencidos de que la violencia genera violencia y de que este círculo vicioso debería terminar», los firmantes advierten finalmente «que el diálogo es el mejor camino para manejar los conflictos y las guerras y para realizar la justicia y la paz entre los seres humanos y las sociedades» y alientan «al desarrollo de la cultura del diálogo».
El martes pasado, cuando Juan Pablo II recibió a los miembros del Comité, les animó precisamente, junto a «a todos los líderes de las religiones, a promover una cultura de diálogo, comprensión mutua y respeto», recordando que «es cada vez más necesario convencer a los pueblos de que la paz es posible; más aún, es un deber».