CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 5 febrero 2004 (ZENIT.org).- El presidente del Comité Judío Estadounidense resumió este jueves la decisiva contribución que ha dado Juan Pablo II en sus 25 años de pontificado al diálogo judeo-católico en la audiencia que el pontífice concedió a esta institución.
Entre los pasos más decisivos, el señor Harold Tanner, mencionó: la visita a la sinagoga de Roma en 1986 (la primera de un Papa tras el apóstol Pedro), así como su viaje a Israel en el año 2000, «tras el establecimiento de plenas relaciones entre la Santa Sede y el Estado judío».
Aquel acontecimiento, reconoció, «fue el testimonio más poderoso de la transformación de las relaciones de la Iglesia con el pueblo judío».
Tanner apreció «profundamente», durante la audiencia que concedió el obispo de Roma concedió a una delegación del Comité que preside, en particular, «sus numerosas declaraciones sobre la relación única entre los dos credos y su referencia al pueblo judío como hermanos mayores sumamente queridos en la inquebrantable y eterna Alianza».
Delegaciones oficiales del Comité Judío Estadounidense han sido recibidas por el Santo Padre en cuatro ocasiones durante su pontificado en Roma, y sus representantes se han encontrado con el Papa en otras ocasiones.
El presidente del Comité agradeció asimismo las condenas firmes «de todo prejuicio e intolerancia en especial de carácter antisemita».
«Sabemos que éstas no son una casualidad, debido a su pasado y experiencia como persona, y que usted ha subrayado que tenemos que trabajar con entusiasmo para asegurar que la memoria del Holocausto [Shoah] y sus implicaciones para la humanidad en general se enseñen y sean aprendidas por las futuras generaciones», recordó.
«Pero, dado que hemos sufrido heridas por este motivo, en estos días nos sentimos particularmente consternados la actual oleada de expresiones antisemitas y de violencia –reconoció–. Por eso, agradecemos particularmente los categóricos pronunciamientos de la Santa Sede en los que se condena esta perversidad».
«En este sentido –siguió confesando–, estamos particularmente horrorizados por la manera en que la religión ha sido utilizada en Oriente Medio y alrededor del mundo para justificar e incluso para glorificar el asesinato de inocentes. Agradecemos sus firmes pronunciamientos de condena de la violencia en nombre de la religión y rezamos para que el mundo escuche y reconozca la verdad de sus palabras».
Tanner agradeció por último el testimonio de los católicos estadounidenses. «Creo que es verdad decir que ninguna comunidad judía en ninguna época ni lugar ha gozado del nivel de cooperación fraternal y colegial como el que hemos disfrutado con la Iglesia católica en Estados Unidos».
La misión del Comité Judío Estadounidense (http://www.ajc.org) tiene tres elementos esenciales: «Proteger el bienestar y la seguridad de los judíos en los Estados Unidos, Israel y en todo el mundo»; «fortalecer los principios básicos del pluralismo en el mundo, promoviendo la defensa contra el antisemitismo y otras formas de intolerancia»; «mejorar la calidad de vida de los judíos norteamericanos para asegurar la continuidad judía y profundizar los lazos entre judíos norteamericanos e israelíes».
