zenit.org/">ZENIT.org).- Juan Pablo II ha expresado este jueves su dolor por la tragedia ferroviaria que causó el miércoles en Irán más de trescientas víctimas mortales.

En un telegrama enviado a través del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, el Papa hace llegar «su más profundo pésame a las autoridades y al pueblo iraní, de nuevo enlutado por esta catástrofe ferroviaria».

El Santo Padre «confía las numerosas víctimas a la misericordia del Todopoderoso –prosigue el texto-- y espera que las familias afectadas por este drama puedan obtener la ayuda y la solidaridad de las autoridades y de los que les rodean».

La tragedia se produjo el miércoles, cuando un tren con medio centenar de vagones –algunos cargados con sulfatos, diesel, gasolina y algodón--, esperaba para partir en la estación de Abu Muslim, cercana a Neishbour, a unos 600 kilómetros al noroeste de Teherán.

Una deflagración de origen desconocido en uno de los vagones puso en marcha todo el tren, que se desplazó por la vía sin control hasta descarrilar en Jayyan, la siguiente estación. La propagación de las llamas provocó una segunda y fortísima explosión que sembró muerte, afectó edificaciones a 10 kilómetros a la redonda y pudo oírse a 80 kilómetros de distancia.

Las autoridades iraníes elevaron a este jueves la cifra de fallecidos a 309 --según precisó «Efe»--, mientras que los heridos podrían acercarse a 500.

«El Papa invoca para todos los afectados por este terrible accidente, en particular los heridos y los que prestan socorro, la bendición del Altísimo», expresa el telegrama enviado desde el Vaticano.