ROMA, domingo, 8 febrero 2004 (ZENIT.org).- Un intenso espíritu de solidaridad unido a una profunda fe es lo que caracteriza a la «Comunidad de San Egidio» desde su nacimiento en febrero de 1968, constató el jueves pasado el cardenal Camillo Ruini, vicario de la diócesis de Roma, al presidir la Eucaristía de acción de gracias por los 36 años del movimiento laical en la Basílica de San Juan de Letrán.
Representantes de las comunidades orientales y africanas, de delegaciones europeas y del mundo políticos italiano se unieron al aniversario de la Comunidad, que actualmente reúne a unos 50.000 miembros en 63 países del mundo.
Juan Pablo II se sumó a esta celebración con un mensaje, hecho público por la Sala de Prensa de la Santa Sede este sábado, en el que recuerda, como lo hace esta nueva realidad eclesial, que los pobres son «nuestros maestros, pues nos dan a entender que todos somos ante Dios mendigos de amor y de salvación».
«Hemos comprendido cada vez más, con el pasar de los años, que no hay solidaridad duradera y profunda sin autentica espiritualidad», reconoció en su intervención, al término de la Eucaristía, el fundador de «San Egidio», el historiador italiano Andrea Riccardi.
El empeño de la Comunidad sigue muchas direcciones: desde la asistencia a los más pobres hasta el compromiso por la paz, partiendo siempre de iniciativas concretas.
Campañas de lucha y prevención del Sida en África, defensa de los derechos humanos, iniciativas de diálogo ecuménico entre los representantes de las grandes religiones del mundo son algunos ejemplos de la incansable actividad desarrollada en estos años.
Durante el año 2003 destaca el empeño de la Comunidad contra los conflictos en África, «las 300.000 firmas de jóvenes recogidas contra el “afropesimismo”», y «la consolidación del programa”Dream” para el tratamiento del Sida en Mozambique, que asiste a 7.500 personas (más de 3000 en tratamiento)». Y aún la recogida de firmas (actualmente suman 5 millones) para pedir la moratoria universal de la pena de muerte.
Este año, el proyecto «Dream» «se ampliará a muchos otros países de África. Gracias a él, han nacido los primeros 300 niños sanos de madres enfermas de Sida», según explica Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad.
«Los ancianos son otra de nuestras prioridades, sobre todo después del verano pasado, con tantas muertes por el calor en Italia, en Francia y en otros países de Europa», añade.
De ahí la inminente gran campaña nacional –junto a «30 Horas por la Vida»– que verá a «San Egidio», a la «RAI» (televisión pública italiana) y a la «Asociación 30 horas» dar vida a una serie de proyectos orientados a incrementar los servicios a domicilio, alternativos a la «institucionalizacion» de los ancianos.
En el año 2003 se consolidó el proceso de paz en Costa de Marfil, tras la guerra civil que la «Comunidad de San Egidio» contribuyó a detener junto al gobierno francés en las negociaciones de París-Marcoussis.
El año pasado tuvo lugar también el final de la guerra civil en Liberia, que ha visto un compromiso directo de «San Egidio» para reducir el número de víctimas civiles en la capital –Monrovia– y para el «alto el fuego» en la sangrienta transición de la salida del dictador Taylor .
Como muestra del compromiso de «San Egidio» en el diálogo ecuménico, basta con citar el Encuentro Mundial Interreligioso celebrado en Aquisgrán (Alemania) el pasado septiembre. Y es que «está en el espíritu de la “Comunidad de San Egidio” este anhelo de unidad que corresponde al testamento que Cristo nos dejó: oro para que seáis una sola cosa», reconoció el cardenal Mario Francesco Pompedda, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.
Más información en www.santegidio.org .
