NUEVA YORK, viernes, 13 febrero 2004 (ZENIT.org).- Desde el púlpito de la catedral de San Patricio en Nueva York, el cardenal Edward Egan ha mostrado su estupor por la reciente decisión de los jueces y legisladores del Estado de Massachusetts de abrir la puerta al matrimonio entre homosexuales.
«Ha ocurrido lo que nunca hubiera querido ver», afirmó el purpurado manifestándose en contra de toda propuesta legislativa que desacralice el matrimonio tradicional.
«La historia ha mostrado que ninguna civilización sobrevive si el matrimonio es rechazado, humillado, dejado de lado», afirmó el arzobispo de la archidiócesis cuya cifra de católicos se eleva a dos millones.
«El matrimonio tradicional debe ser protegido y preservado a toda costa», continuó, «para que un hombre y una mujer se comprometan de por vida».
El arzobispo Egan expresó igualmente duras críticas a la cultura y a los medios de comunicación que promueven la promiscuidad y se muestran como enemigos del matrimonio.
«En las televisiones, noche tras noche –denunció– se ven parejas que se casan y se abandonan, que se vuelven a casar y se separan otra vez. Nosotros sabemos que este comportamiento es una desacralización de algo que nosotros consideramos sagrado y santo».
En este sentido, «los medios de comunicación, Hollywood, la televisión, diversas emisoras de radio y sofisticadas revistas no tienen ningún respeto hacia el matrimonio cristiano».
Entre las múltiples reacciones que ha suscitado el pronunciamiento –el 4 de febrero– de la Corte Suprema de Massachusetts a favor del matrimonio homosexual, el arzobispo de Boston, monseñor Sean O’Malley, se declaró el pasado domingo en contra del matrimonio entre homosexuales explicando que éste tendría «un enorme efecto negativo en la sociedad».
En el contexto de una manifestación –entre cuyos organizadores se encuentra Ray Flynn, ex alcalde de Boston y embajador de los Estados Unidos en el Vaticano– convocada en la ciudad para defender el valor del matrimonio tradicional, el prelado precisó: «Estamos aquí porque estamos preocupados por el futuro de la familia y del matrimonio. Un matrimonio y una familia sólidos son un bien para el país y la sociedad entera».
Monseñor O’Malley advirtió que «el matrimonio entre homosexuales debilitará ulteriormente una institución que ya está amenazada por un altísimo porcentaje de divorcios», y añadió: «más de un tercio de los niños estadounidenses nace fuera del matrimonio».
El prelado también anunció la constitución de una coalición multirreligiosa contraria al matrimonio entre homosexuales. Tres mil congregaciones ya han firmado un documento en el que se afirma que sólo un hombre y una mujer pueden estar casados.