MADRID, miércoles, 18 febrero 2004 (ZENIT.org–Veritas).- Un católico en España debe votar el próximo 14 de marzo teniendo en cuenta tres principios fundamentales: respeto a la vida, apoyo a la familia y solidaridad, afirma una nota de obispos españoles.
Los 22 obispos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal publicaron la nota titulada «Votar es un derecho y un deber» en vistas de las elecciones generales.
Los prelados españoles sugieren además a los fieles que hagan «un esfuerzo» y que no se abstengan en su derecho a acudir a las urnas.
«Es comprensible que algunos se sientan inclinados a abstenerse de emitir su voto, cuando comprueban que ningún partido ofrece el programa que ellos desearían», observan.
Sin embargo, «aunque ninguna de las ofertas políticas sea tampoco plenamente conforme con el ideal evangélico, ni siquiera con el ideal racional de un orden social cabalmente justo, unas lo son más y otras lo son menos», constatan los miembros de la Permanente.
Por eso piden «hacer un esfuerzo y optar por el bien posible».
Los prelados no señalan explícitamente a ningún partido político como el idóneo, pero sí establecen una serie de criterios hacia los que «la conciencia cristiana ha de estar especialmente atenta».
En primer lugar, y como suele ser habitual en los comunicados de los obispos antes de las elecciones, figura «la tutela efectiva del derecho a la vida de cada ser humano desde su concepción hasta su muerte».
Los partidos que apoyan «la producción de embriones humanos», el aborto y la eutanasia no deberían recibir, a juicio de los miembros de la Permanente, la confianza de los católicos.
Otro criterio a tener en cuenta a la hora de votar es el «apoyo claro y decidido a la familia, fundada en la unión indisoluble de vida y amor de una mujer y un varón, es decir, en el verdadero matrimonio», otro de los puntos que habitualmente ha venido defendiendo la Iglesia.
Los obispos piden que se considere positivamente a los partidos que «faciliten el reconocimiento –incluso económico– del trabajo doméstico». La atención a las familias numerosas y «la facilitación del acceso a la vivienda, en particular a los jóvenes» son otros
puntos que el católico debería valorar en un programa electoral.
«El fomento de la calidad educativa en todos los centros de enseñanza y la garantía efectiva del derecho de los padres a elegir la educación que desean para sus hijos» es el tercer criterio que enumeran los prelados en su nota, haciendo especial hincapié en «la regulación
satisfactoria de la enseñanza religiosa escolar».
Piden promover «políticas sociales y económicas» que tengan en consideración a «los más desfavorecidos, como los inmigrantes, los ancianos y los enfermos», otro de los asuntos que debe detallar un programa electoral.
Finalmente, los prelados hacen una referencia, como quinto y último criterio, al tema de la unidad de España, sugiriendo el apoyo a los partidos comprometidos con «la promoción de la comprensión y de la solidaridad entre las culturas y los pueblos, especialmente, entre los diversos pueblos de España».
«Soluciones a los retos de convivencia en el mundo actual guiadas por la búsqueda sincera de la paz y basadas en el respeto al derecho, nacional e internacional, y en el consecuente rechazo incondicional del terrorismo», cuentan con el visto bueno de los prelados.