ROMA, jueves, 19 febrero 2004 (ZENIT.org).- Es imperativo en nuestros días «restituir a la verdad su coherente situación en la vida de las personas para que puedan llegar a una existencia llena de sentido», advirtió el martes el rector de la Universidad Pontificia de Letrán en Roma, el obispo Rino Fisichella, en un congreso organizado por la institución.
Y es que «el tema de la verdad, que durante las últimas décadas parecía diluido, llama a la puerta de la postmodernidad», reconoció el prelado en la reflexión convocada sobre «La diversa concepción de la verdad en filosofía, en las ciencias, en teología y la búsqueda de un fundamento común».
«Es necesario reproponer el valor de la veracidad, es decir, el amor por la verdad», afirmó monseñor Fisichella. De hecho, «la verdad tiene que recuperar su lugar», y éste es «un imperativo del que no podemos huir», puntualizó.
«La verdad –explicó– necesita retomar su lugar y su coherente situación no sólo en el organigrama de las ciencias, sino sobretodo en la vida de las personas para que puedan llegar a una existencia llena de sentido».
En un «tiempo de radicales cambios» como el que vivimos –reconoció el prelado–, es necesario «reapropiarse de la instancia de la verdad para entrar en el nuevo milenio con el pie justo».
Además criticó el hecho de que la verdad «se haya exiliado al solo juicio individual y al propio sentimiento», un exilio que calificó como «una trampa mortal».
«Es paradójico –reconoció en su intervención– que Juan Pablo II, con su carta encíclica “Fides et Ratio”, haya tenido que intervenir en el debate sosteniendo que la razón no debe estar encerrada en sí misma».
En relación con la ciencia, monseñor Fisichella recordó las palabras del citado documento: «En el ámbito de la investigación científica se ha ido imponiendo una mentalidad positivista que no sólo se ha alejado de toda referencia a la visión cristiana del mundo, sino que además, y sobretodo, ha dejado caer toda referencia a la visión metafísica y moral».
En cuanto a la verdad y la teología, el rector de la Universidad Lateranense alertó que «si el teólogo perdiera la pasión por la verdad, su reflexión estaría condenada a la insignificancia».
La Facultad de Filosofía de la universidad y la Asociación Internacional «Sensus Communis» se encargaron de la convocatoria a esta reflexión en la que, entre otros, han participado los profesores Antonio Livi, Philip Larrey, Gaspare Mura, Vittorio Posenti y Gianfranco Basti,.