CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 20 febrero 2004 (ZENIT.org).- Los progresos de las ciencias biomédicas –prometedores para el bien de la humanidad–, junto a los problemas que plantean en cuanto al respeto a la vida evidencian cada vez más la importancia de la tarea de la Academia Pontificia para la Vida, cuyos trabajos agradece y alienta Juan Pablo II en un mensaje difundido este viernes por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
El obispo Elio Sgreccia, vicepresidente de la Academia, fue el encargado de leer dicho texto –enviado por el X aniversario de la fundación de la Institución, celebrado el jueves— a los participantes en la X Asamblea General que se desarrolla hasta el domingo.
«Estudiar, informar y formar acerca de los principales problemas de biomedicina y de derecho relativos a la promoción y a la defensa de la vida, sobre todo en la relación directa que éstos tienen con la moral cristiana y las directivas del Magisterio de la Vida» es la misión para la que nació la Institución hace diez años, recuerda el Papa.
A cada uno de sus miembros «renuevo la expresión de mi reconocimiento por el cualificado servicio que la Academia presta a la difusión del “Evangelio de la Vida”», expresó.
«Los organismos doctrinales y pastorales de la Sede Apostólica son los primeros en beneficiarse» de la colaboración de la Academia «en lo que concierne a conocimientos y datos necesarios para las decisiones que hay que adoptar en el ámbito de la norma moral relativa a la vida», reconoce el Santo Padre.
Igualmente –dice el Papa a los académicos– «vuestra aportación es preciosa para los intelectuales, especialmente católicos, “llamados a hacerse activamente presentes en las sedes privilegiadas de la elaboración cultural, en el mundo de la escuela y de la universidad, en los ambientes de la investigación científica y técnica”» (Cf. Evangelium vitae, 98).
«Os agradezco –añade– el esfuerzo que ponéis en examinar cuestiones específicas de elevado interés y en favorecer el diálogo entre la investigación científica y la reflexión filosófica y teológica guiada por el magisterio».
Finalmente el Papa recuerda la «tarea de alta responsabilidad» que representa «la bioética» y alienta a que la Academia Pontificia para la Vida prosiga su servicio «dando los frutos esperados en el campo de la humanización de la ciencia biomédica y del encuentro entre la investigación científica y la fe».
Instituida por Juan Pablo II el 11 de febrero de 1994, preside actualmente la Academia el doctor Juan de Dios Vial Correa. Cuenta con un Consejo Directivo formado por cinco académicos pontificios.
Pertenecen a la Academia 70 miembros –nombrados por el Papa– que representan las distintas ramas de las ciencias biomédicas y aquellas que están estrechamente relacionadas con los problemas concernientes a la promoción y defensa de la vida.
Más información en www.academiavita.org.
