«Hoy más que nunca, para que los pueblos de África salgan de la pobreza y de las luchas sangrientas que no dejan de herir su tierra, es necesario seguir aportando asistencia a sus poblaciones», reconoció este viernes el Papa.
Sin embargo, esta acción, aclaró, debe tener por objetivo «responder a sus necesidades fundamentales y sobre todo ayudarles a convertirse en los primeros protagonistas de su desarrollo, en particular con una educación seria en la responsabilidad cívica y política».
El Papa hizo su llamamiento al concluir un encuentro con obispos franceses de la provincia eclesiástica de Besançon y de la arquidiócesis de Estrasburgo, que concluían su visita «ad limina apostolorum». La ayuda a África constituye desde hace siglos una preocupación particular de la Iglesia en Francia.
Estos programas de promoción, indicó el obispo de Roma, deben estar orientados a «superar las oposiciones de grupos para que cada quien adquiera verdaderamente el sentido del Estado y todos los ciudadanos se unan para inventar un futuro de paz y prosperidad».
«En estos campos educativos –concluyó–, la Iglesia tiene una experiencia y más que nunca está llamada a transmitirla por el bien de las personas y los pueblos».