CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 22 abril 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha escrito una carta para afirmar que el estudio de la historia de las civilizaciones favorece la paz y la fraternidad entre los pueblos.
Así lo afirma en la misiva que ha enviado a monseñor Walter Brandmüller, presidente del Comité Pontificio de Ciencias Históricas, con motivo del cincuenta aniversario de fundación de esta institución vaticana.
«La Iglesia de Cristo tiene ante el hombre una responsabilidad que en cierto sentido abarca toda dimensión de su existencia», reconoce el pontífice en la misiva, publicada el sábado pasado por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Por este motivo, añade, «se ha sentido siempre comprometida en la promoción del desarrollo de la cultura humana, favoreciendo la búsqueda de lo verdadero, lo bueno y lo bello para que el hombre pueda responder cada vez mejor a la idea creadora de Dios».
«No hay nada más inconsistente que hombres o grupos sin historia –comenta el obispo de Roma–. La ignorancia del propio pasado lleva fatalmente a la crisis y a la pérdida de identidad de los individuos y de las comunidades».
Juan Pablo II considera que «una investigación histórica, libre de prejuicios y vinculada únicamente con la documentación científica», tiene «un papel insustituible para derrumbar las barreras entre los pueblos».
«Con frecuencia, de hecho –constata–, pesados muros se han elevado a través de los siglos a causa de la parcialidad de la historigrafía y del resentimiento recíproco. La consecuencia ha sido que todavía hoy persisten incomprensiones que se convierten en obstáculo para la paz y la fraternidad entre los hombres y pueblos».
«La superación de las fronteras de la historiografía nacional por una visión más amplia de los contextos geográficos y culturales podría ser de gran ayuda, pues aseguraría una mirada comparativa sobre los acontecimientos, permitiendo un juicio más equilibrado», concluye.
El Comité Pontificio de Ciencias Históricas fue instituido por Pío XII el 7 de abril de 1954, con el objetivo de promover el desarrollo de las ciencias históricas mediante la cooperación internacional. Es miembro del Comité international des sciences historiques y de la Commission international d’histoire ecclésiastique comparée.