MÉXICO, martes, 27 abril 2004 (ZENIT.org).- Cuando «todo» parecía haberse dicho sobre el acontecimiento del Tepeyac, el historiador José Manuel Villalpando realiza un recorrido histórico desde 1531 a la fecha, analizando el papel que ha jugado en nuestra historia y nuestra identidad la Santísima Virgen de Guadalupe.
José Manuel Villalpando (México, 1957) es, quizá, el mejor historiador de la actualidad en el país. Autodefinido «tan guadalupano como mexicano» (en entrevista con El Universal), acaba de sacar a la luz pública un documento de excepción: el análisis riguroso del papel que ha jugado el personaje más importante de los últimos 473 años de la vida de una nación nueva, México, que surgía de entre las brumas y los enconos de la Conquista (1521): la Virgen de Guadalupe.
¿Tiene biografía, es decir, relato de vida en el mundo, una Virgen celestial? ¿Es, acaso, una persona de carne y hueso? La respuesta que da Villalpando a ambas preguntas es sí. Cuando menos en México, sí: la Virgen es un personaje que ha movido conciencias, ha unido esfuerzos, ha participado en revoluciones de Independencia, guiado al pueblo peregrino hacia una morada, ha dado una casa a los sin techo y un camino de reconciliación a los sin esperanza.
«No hizo cosa igual con ninguna otra nación», sentenció el Papa Benedicto XlV en 1752. Pero, tampoco ha habido pueblo en el mundo como el mexicano, que haya hecho algo ni siquiera similar con la madre de Cristo. Mentalidades borrascosas, anticlericales, masónicas y deslenguadas se doblegan ante ella.
Lo mismo que los creyentes, los apenas creyentes y los no creyentes: todos --según enseña a ver Villalpando-- convergen en un mismo punto: que «la morenita» es la madre de los mexicanos: desde el primer arzobispo de México, Fray Juan de Zumárraga (enlistado hoy como Siervo de Dios) hasta el cardenal y arzobispo primado actual, Norberto Rivera Carrera; desde san Juan Diego hasta la beata madre Lupita, elevada a los altares el 25 de abril de 2004, por Juan Pablo ll; desde el virrey Luis de Velasco hasta el presidente Vicente Fox, han conocido la influencia de la guadalupana. Más, mucho más, el pueblo fiel, que 14 días más tarde de la última aparición a san Juan Diego, el 12 de diciembre de 1531, ya le había levantado una ermita en el cerro pedregoso del Tepeyac.
En el texto, advierte Villalpando, no se encontrará ni una apasionada defensa de las apariciones ni una trasnochada duda; se encontrará el ejercicio de la Historia en su máxima expresión, el recuento de los hechos y de la presencia de una Virgen que forjó una nación.
José Manuel Villalpando César. La Virgen de Guadalupe : Una Biografía. México, 1ª Edición, marzo de 2004. Editorial Planeta Mexicana. 206 páginas. 150 pesos, aproximadamente.
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Apr 27, 2004 00:00