La familia salesiana da gracias por sus tres nuevos beatos

Testimonios de peregrinos llegados a Roma

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 27 abril 2004 (ZENIT.org).- La familia salesiana ha participado en estos días en Roma en celebraciones de acción de gracias por la beatificación de tres de sus hijos el pasado domingo.

Se trata del sacerdote polaco, Augusto Czartoryski, la joven laica portuguesa Alexandrina María da Costa y de la religiosa española Eusebia Palomino Yenes.

«Venimos un grupo de 54 personas entre antiguos alumnos y alumnas salesianos y padres de familias del colegio de las Salesianas “San Juan Bosco” del paseo canalejas de Salamanca», apunta Margarita que es una de las antiguas alumnas y responsable del grupo.

Portan todos pañoletas azules con el nombre del colegio. «Como sor Eusebia era de Salamanca no podíamos faltar», continua diciendo, «pero venimos también por los otros dos beatificados que eran de la familia salesiana».

Entre las virtudes que sobresalen de la vida de la beata Eusebia destaca «la alegría, el amor a la Eucaristía, y el reflejo vivo de la educación recibida con los salesianos», afirma Margarita.

Sor Eusebia Palomino es un ejemplo «en especial para la juventud. Le puede hacer mucho bien conocer su vida, ya que vivimos un momento de frialdad respecto a la Iglesia, y estos ejemplos son modelos con los que ellos y ellas pueden reaccionar de una manera diferente a como se está moviendo la sociedad de hoy».

Sin embargo, sor Eusebia, a pesar de nacer en Salamanca, vivió como religiosa en Andalucía, en un pueblecito de Huelva, Valverde del Camino. De allí acudieron a Roma una representación de 50 adolescentes, precisamente del colegio donde están enterrados sus restos.

«Es una fiesta para nosotros«, expresa Bella con un inconfundible acento de Huelva. «También venimos algunos de los colegios de Jeréz Montealto y de Utrera (Sevilla)», pero sobretodo del colegio de Maria Auxiliadora de Valverde”.

La enseñanza que esta joven destaca de la nueva beata, responde a los anhelos de casi toda la juventud: «amar de verdad en la vida cada día». Al pedir que destacaran una virtud de sor Eusebia, sus compañeros afirmaron con firmeza y seguridad: «la humildad».

En Valverde se ha estado preparando una obra de teatro, como nos cuenta uno de sus participantes, que se estrenará el próximo domingo día 2 de mayo: «La vida de sor Eugenia».

En la localidad de Valverde todavía viven personas que conocieron a esta religiosa y recuerdan las anécdotas que le ocurrieron en vida. «Hemos recogido los episodios y anécdotas más conocidas y con ello se ha hecho este teatro» comenta entusiasmado uno de los responsables del grupo venido de Valverde.

Escenas inexplicables en las que sor Eusebia siendo cocinera del colegio, siempre tenía con qué alimentar al resto a pesar de estar padeciendo como toda España las carencias de los años de la República. «Siempre había comida –explica el responsable–. La directora entonces del colegio iba anotando en una especie de diario todos estos sucesos extraordinarios».

De esta directora también se sabe que sor Eusebia la relacionaba con un número, que la veía en sueños siempre con un número. «Tiempo después esta directora fue apresada unos años después en Barcelona y la fusilaron. En la fotografía de su detención la asignaron el mismo número que sor Eusebia vería siempre».

El proyecto lo han llevado adelante los profesores, padres, alumnos y antiguos alumnos del centro Maria Auxiliadora de Valverde, y piensan hacer varios pases para toda la localidad.

Otro de los grupos numerosos que llenaron varios cuadrantes de la Plaza de San Pedro fueron las propias religiosas de María Auxiliadora. «Somos una representación de las comunidades de Gran Canarias, Tenerife, Sevilla, Valverde y Cádiz», comenta una de las religiosas. Con ellas han traído también a un grupo nutrido de antiguas alumnas y grupos de la Familia salesiana.

Lo que piden estas religiosas por intercesión de la nueva beata es la «sencillez y su don de saber llegar a los jóvenes, la capacidad que tenía de orientar a sacerdotes a pesar de su poco “don” cultural».

La beata sor Eugenia, de procedencia humilde y falta de estudios, era conocida por los consejos que dio a gran cantidad de sacerdotes que la escribían casi sin conocerla.

Y lo que estas religiosas de María Auxiliadora piden a la beata para la España de hoy es «paz». «Es un ejemplo concreto para España. Igual que ella supo anticiparse a lo que se avecinaba a la Guerra Civil, nosotras ahora le pedidos la paz para España».

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ZENIT Staff

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