«Ahora la Iglesia tiene una gran oportunidad en el mundo del cine»

Barbara Nicolosi, directora de Act One, afirma que Hollywood «está harto de la increencia»

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VALENCIA, jueves, 13 mayo 2004 (ZENIT.orgVeritas).- Barbara Nicolosi, directora de la escuela de guionistas cristianos de Hollywod Act One, entidad que acoge cerca de 300 escritores de la industria del entretenimiento, afirma que el momento actual «supone una gran oportunidad para la Iglesia», como ha puesto de manifiesto el gran éxito de público de «La Pasión» de Mel Gibson.

Nicolosi hizo estas declaraciones al intervenir en el Primer Simposio Internacional «La Función Educativa del Cine», organizado por la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia.

Para la cineasta, «los católicos, por muchas razones, entre ellas una especie de elitismo intelectual, han tardado en darse cuenta del poder del cine, tanto como forma de arte como de su utilidad en la evangelización»

Según Barbara Nicolosi, hay «signos de esperanza en Hollywood», especialmente porque la gente «está cansada de no creer»: «hace poco recibí la llamada de una mujer, considerada una de las diez mejores guionistas en televisión. El motivo de su llamada era que, tras veinte años de una vida completamente secularizada, ella quería oír a alguien hablar sobre Jesús. Me dijo, cuando la conocí: «francamente, estoy harta de no creer. No puedo soportarlo más».

Para Nicolosi, «después de cuarenta años de revolución sexual, de rechazar cualquier lazo con una autoridad sea de la Iglesia, del Estado o simplemente con la sabiduría de siglos, hay cada vez un éxodo mayor en busca de sentido. Están cansados de la increencia y de sus hijos ideológicos: hedonismo, cinismo, alienación, soledad».

«El gran éxito de «El Señor de los Anillos», y ahora de «La Pasión de Cristo» (que en Hollywood llamamos simplemente «la película») y otros filmes no necesariamente religiosos pero que demuestran un profundo rechazo hacia las mentiras del post modernismo, como «In America», «Lost in Translation» o «In the Bedroom», son unos pocos ejemplos del nuevo cansancio del legado de la increencia».

Para Nicolosi, «ésta es una gran oportunidad para la Iglesia. Nos toca responder a una nueva generación de cineastas que buscan un sentido. Necesitamos que nuestros teólogos traduzcan la teología del cuerpo a la comunidad creativa, para que ésta pueda llevarlo a su arte».

«Mis estudiantes están empeñados en películas que «digan la verdad respecto al pecado». De nuevo, gran parte de su motivación viene del hecho de que su generación ha sido víctima de las mentiras de la revolución sexual, pero para los creadores cristianos también supone un rechazo a la sensibilidad religiosa heredada de sus padres, que respondían a los excesos de sexo y violencia buscando «historias felices»y «seguras», que se convierten en sobre-sentimentalizadas grandes mentiras».

Pero la verdad sobre el pecado debe mostrar también la belleza: «Necesitamos manifestar que la belleza tiene que ver con el contenido verdadero. En este sentido, La Pasión de Mel Gibson ha hecho que mucha gente de Iglesia se cuestione sus viejas creencias sobre la violencia en la pantalla y el poder potencial del cine para el bien».

Según la cineasta, «la Iglesia puede ayudar a la industria del cine a buscar un significado real a realidades como la sexualidad humana, la violencia, el bien y el mal, el significado y la trascendencia de la persona humana, o la importancia de la familia, que es lo que el mundo del entretenimiento no le está dando a la audiencia».

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ZENIT Staff

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