TORONTO, jueves, 13 mayo 2004 (ZENIT.org).- Por su trabajo en los medios de comunicación católicos y especialmente como capellán de universidad en Canadá, el padre Thomas Rosica ha constatado el impacto que la figura de Gianna Beretta Molla –a quien Juan Pablo II canonizará el próximo domingo–, de cuya familia es amigo personal, ha suscitado entre los fieles.
Gianna Beretta Molla (1922-1962), madre de familia y médico italiana, diagnosticada a los 39 años de un tumor en el útero, decidió aceptar el riesgo de morir y se negó a abortar la niña que llevaba en su seno (Gianna Emanuela) o someterla a tratamientos que la pusieran en peligro
«La primera vez que oí la historia de Gianna Beretta Molla fue cuando realizaba mis estudios en Sagradas Escrituras en Jerusalén, a finales de los ’80 y principios de los 90’. Me quedé impactado por la figura de una joven madre que tomó una decisión heroica para permitir a su hija vivir a toda costa», relató a ZENIT el padre Rosica, presidente de «Salt & Light Catholic Media Foundation» y del primer canal católico de televisión en Canadá –«Canada’s Catholic Television Network»–.
En su labor al frente de este canal, se ha producido un documental para televisión sobre la vida de Gianna bajo el título «Love is a Choice» –«El amor es una elección»–, que se estrenó el fin de semana pasado en Italia, Canadá y los Estados Unidos.
El sacerdote, que organizó las Jornadas Mundiales de la Juventud de 2002 en Toronto, fue capellán en el Centro Newman de la Universidad de Toronto de 1994 a 2000. Entonces constató «la ausencia de héroes y heroínas reales en las vidas de la gente joven en la Universidad» y la falta de información sobre los nuevos santos y beatos.
Con diversas iniciativas difundió estos modelos actuales, tuvo oportunidad de comprobar «el interés que generaban en los medios de comunicación los nuevos santos y beatos de Juan Pablo II» e incluso lanzó el proyecto de vidrieras (en el contexto del Gran Jubileo del año 2000) con los estudiantes universitarios
«La culminación y bendición de todos nuestros esfuerzos llegó en la Festividad de Todos los Santos en la Universidad de Toronto –recordó–. La comunidad de estudiantes realizó una recogida de fondos para las nuevas vidrieras en la preciosa capilla católica de la universidad en pleno campus. En lugar de reunir dinero para las tres vidrieras proyectadas, recaudaron suficiente como para doce».
Entonces se reunieron con profesores y feligreses de la comunidad católica universitaria y decidieron «los santos y beatos que nos rodearían en esa capilla», prosiguió. Entre los elegidos «prácticamente por unanimidad» están Pier Giorgio Frassati, Teresa de Calcuta, Juan XXIII, Gianna Beretta Molla y Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).
«Para la inolvidable ceremonia de dedicación de las vidrieras, pude contactar con las familias Molla y Frassati: el hijo y una hija de Gianna Beretta Molla (Pier Luigi y Gianna Emanuela) vinieron a Toronto para descubrir la vidriera de su madre, y la sobrina de Pier Giorgio Frassati, Wanda Gawronska, también nos acompañó».
Más de mil personas acudieron aquel día a la capilla para las dos ceremonias. Después «recibí muchas cartas y mensajes durante semanas de la comunidad universitaria», reconoce el antiguo capellán.
Y cita un ejemplo: «Un estudiante graduado escribió: “¡Los testimonios de Gianna Emanuela, Pier Luigi y Wanda verdaderamente nos han dado el deseo de ser santos! No estuve en el monte de las Bienaventuranzas cuando Jesús hablaba a las multitudes. A menudo me he preguntado cómo fue aquello. El domingo pasado, por fin lo contemplé en la Iglesia, en la misa de la mañana”».
El sacerdote admite que su amistad con la familia Molla ha ido creciendo desde su primer encuentro, en 1999. «Descubrí un pilar de fe, valor y devoción en la persona de Pietro Molla, marido de la beata Gianna. Pietro compartió conmigo docenas de fotos familiares, relatos del interés de Gianna por la música, la ópera, el teatro, el esquí, la montaña», comenta.
«También me contó con gran dolor detalles sobre los últimos meses y semanas de la existencia terrena de Gianna –añade–. A su muerte, él se quedó sólo con cuatro niños pequeños».
También se refirió el padre Rosica a su amistad con los hijos del matrimonio Molla: «Pier Luigi y su estupenda familia me reciben como a uno de los suyos» y Laura «es una maravillosa profesional».
«Cuando la doctora Gianna Emanuela vino a visitarme a Toronto para la dedicación de las vidrieras –prosiguió–, me pidió que le acompañara a dos hospitales especializados en el cuidado de ancianos enfermos de Alzheimer», afección de la que ella también es especialista.
«La vi trabajando entre sus colegas médicos en Toronto, compartiendo historiales e investigación sobre la enfermedad y su amor por los mayores. Me di cuenta de que verdaderamente está continuando con la misión de curación de su madre», subrayó.
En un tiempo en que «la vida humana y vida familiar están cercadas», en que «el sacrificio y la virtud están ausentes en tantas vidas», en que «los miembros de la profesión médica tienen menos y menos preocupación por la dignidad y la sacralidad de cada vida humana», en que «el sufrimiento se percibe como un fastidio carente de significado redentor», «Gianna Beretta Molla nos muestra un camino alternativo de belleza irresistible», concluye el padre Thomas Rosica.
[El documental de la vida de Gianna Beretta Molla «Love is a Choice» (en italiano e inglés) de «Salt & Light Television» (Canadá) ha sido escrito, producido y dirigido por el joven canadiense Deiren Masterson. Fue rodado en Mesero, Milán y Magenta (Italia) el pasado enero. Ofrece por primera vez videos domésticos y filmaciones de las familias Molla y Beretta. También contiene entrevistas con Pietro Molla, con los hijos de su matrimonio con la futura santa y con algunos de sus mejores amigos].