La Santa Sede promueve el regreso de la ONU para pacificar Irak

Conclusiones de la visita a Londres del secretario vaticano para las relaciones con los Estados

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 18 mayo 2004 (ZENIT.org).- La situación en Irak y Oriente Medio, la ayuda a los países en vías de desarrollo han sido los temas principales de los encuentros que ha mantenido el secretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados con exponentes del gobierno británico.

El arzobispo Giovanni Lajolo se encontró en Londres del 11 al 13 de mayo de 2004 con diferentes autoridades del ejecutivo, entre las cuales se encuentra el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y del Commonwealth, Jack Straw y el ministro de Finanzas, Gordon Brown, así como con el arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams.

«En calidad de secretario para las Relaciones con los Estados, para mí ha sido importantísimo escuchar directamente del gobierno británico su versión sobre la situación en Irak», explica el prelado en declaraciones a «Radio Vaticano».

«Tuve la oportunidad de subrayar que la Santa Sede quiere ver cuanto antes una resolución de las Naciones Unidas sobre la transferencia de poderes en Irak», revela.

Asimismo aseguró que la Santa Sede «alienta el regreso de las Naciones Unidas a Irak, con la esperanza de que reciba una mandato fuerte para que pueda desempeñar un papel vital en la pacificación del país y en la creación de instituciones democráticas en la nación».

En su encuentro con Gordon Brown, monseñor Lajolo expresó su apoyo a la iniciativa británica «International Finance Facility» (IFF), un mecanismo de financiación de la ayuda al desarrollo de países pobres de aquí al año 2015.

«Otros países ricos podrán adherir a esta iniciativa a favor de África y de otras regiones del mundo –considera el prelado. Las Metas de Desarrollo del Milenio prevén, entre otras cosas, reducir a la mitad el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza antes de 2015. Al ritmo actual, éste y otros objetivos no serán alcanzados y los países pobres podrían perder totalmente la confianza en nuestras capacidades y voluntad para ayudarles».

El prelado revela que también cenó con el arzobispo Rowan Williams, primado de la Comunión anglicana en Lambeth Palace. El doctor y la señora Williams fueron anfitriones exquisitos, y les estoy muy agradecido».

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ZENIT Staff

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