El arzobispo Washington guía la «task force» de obispos del país que debe discutir cuestiones ligadas a la participación de los católicos en la política, incluida la recepción de sacramentos, creada tras el debate suscitado por algunos políticos, en particular por el senador John F. Kerry, católico, que vota y promueve leyes favorables al aborto.
En una entrevista concedida al mensual 30 Giorni el purpurado estadounidense constata que es la primera vez que los obispos de un país han considerado necesario crear una comisión de este tipo.
«Esto sucede quizá por dos motivos –considera–. Porque nosotros somos una democracia en la que cada quien es libre de expresar su propia opinión y porque nuestros fieles católicos tienen una gran reverencia por la santa Eucaristía y se sienten turbados si alguno la recibe sin la debida predisposición».
El purpurado espera que las conclusiones de la «task force» concluyan antes de las elecciones presidenciales de noviembre, pero no puede garantizarlo, «pues se trata de una cuestión compleja y delicada».
«Tendremos que encontrarnos todavía en un par de ocasiones y discutiremos con los demás obispos y también con la Santa Sede», afirma el cardenal, quien concedió la entrevista en Roma, con motivo de su visita «ad limina apostolorum» al Papa y a la Curia romana.
«Creo que muchos obispos entre nosotros consideran que deberían darse censuras canónicas ante este tipo de personas. Pero creo que también a muchos obispos no les gustaría que la posibilidad de recibir la eucaristía forme parte de estas sanciones», constata el purpurado.
«Personalmente, considero que deber ser una preocupación pastoral el evitar que la Eucaristía se convierta en un punto de enfrentamiento», concluye.