«Al igual que toda familia, la armonía interna de la Iglesia puede quedar comprometida en ocasiones por una falta de caridad y por la presencia de conflictos entre sus miembros», reconoció este sábado al encontrarse con los obispos estadounidenses de las provincias eclesiásticas de San Antonio y Oklahoma City.
«Esto puede llevar a la formación de facciones dentro de la Iglesia que con frecuencia se preocupan tanto de sus intereses especiales que pierden de vista la unidad y la solidaridad, fundamentos de la vida eclesial», afirmó después de haber leído los informes que los obispos estadounidenses le han entregado con motivo de su quinquenal visita «ad limina apostolorum».
«Para afrontar este fenómeno preocupante los obispos deben actuar con solicitud paterna como hombres de comunión para asegurar que en sus Iglesias particulares se vive como familias, para que no haya discordias, sino que los miembros de su cuerpo tengan la misma atención los unos por los otros», pidió el Papa.
«Esto exige que el obispo trate de superar toda división que pueda darse en su grey buscando reconstruir un nivel de confianza, reconciliación y mutuo entendimiento en la familia eclesial», afirmó.