CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 26 mayo 2004 (ZENIT.org).- Al acercarse la fiesta de Pentecostés, Juan Pablo II volvió a pronunciar este miércoles la oración que pronunció en la capital polaca con la que imploró la renovación de su tierra, entonces oprimida por el comunismo.
Pocos meses después, Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, se convertiría en el primer Papa polaco de la historia, imprimiendo más tarde un cambio inesperado a la historia de su país.
«Nos estamos acercando a la gran solemnidad de Pentecostés», dijo al final de la audiencia general hablando en polaco. «Me vienen a la mente las palabras que pronuncié hace veinticinco años en la Plaza de la Victoria, en Varsovia, cuyo nombre actual es Plaza de Józef Pilsudski: «¡Envía tu Espíritu y renovarás la faz de la tierra! ¡De esta Tierra»».
«Pensando en la realidad de hoy, en mi oración cotidiana, repito aquellas palabras, siempre actuales: –confesó– «¡Envía tu Espíritu y renovará la faz de la tierra! ¡De nuestra tierra!»», volvió a subrayar.