CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 31 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II rezará en este mes de junio para que los bautizados sean misioneros con la caridad del amor de Dios a cada persona
Así lo ilustra la intención general del Apostolado de la Oración, que el Santo Padre asume como propia para ofrecer sus oraciones y sacrificios junto a miles de laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes y obispos.
El enunciado dice así: «Para que todos los cristianos sean cada vez más conscientes de la responsabilidad personal y comunitaria de testimoniar el amor de Dios a la humanidad y a cada una de las personas».
«La caridad representa la forma más elocuente de evangelización pues, al responder a las necesidades materiales, revela a la gente el amor de Dios por cada persona», afirma el comentario difundido en inglés por el Apostolado de la Oración en este mes.
Todos los meses, el Papa también ofrece sus oraciones por una intención misionera, que en junio será: «A fin de que en los países de Asia, la libertad religiosa, derecho fundamental del hombre, encuentre cada vez mayor respeto».
Un comentario a esta intención, difundido a través de la agencia Fides, por monseñor Oswald Gracias, arzobispo de Agra (India), recuerda que «no se puede hablar de proteger los Derechos Humanos en su totalidad sin una auténtica libertad religiosa».
«La religión expresa las aspiraciones más profundas de la persona humana, determina la visión del mundo, dirige la relación con los demás: ofrece, en el fondo, la respuesta a la cuestión del verdadero significado de la existencia en el ámbito tanto personal como social», recuerda.
«La libertad religiosa constituye, por tanto, el corazón mismo de los derechos humanos. Ella es tan inviolable como para exigir que se reconozca a la persona incluso la libertad de cambiar de religión, si su conciencia se lo pide». Y concluye: «nadie puede ser obligado a aceptar a la fuerza una determinada religión, cualquiera que sean las circunstancias o las motivaciones».