El presidente de Argentina recibe a los representantes del episcopado

No se habló de deuda externa, revela AICA

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BUENOS AIRES, miércoles, 1 septiembre 2004 (ZENIT.org).- El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, recibió este martes a la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina.

El encuentro fue «muy cordial» y durante su transcurso –una hora y diez minutos– el primer mandatario «puso todo sobre la mesa: sus esperanzas, sus dudas, sus sentimientos, sus perplejidades», según informa la agencia católica argentina Aica.

Asimismo, los pastores «reiteraron la voluntad de la Iglesia para colaborar con la paz social, en el ámbito del Diálogo Argentino».

La comitiva episcopal estuvo integrada por el presidente de la CEA, monseñor Eduardo Mirás, arzobispo de Rosario; el vicepresidente primero, cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, y el obispo de Lomas de Zamora y representante de los obispos ante la Mesa del Diálogo Argentino, monseñor Agustín Radrizzani.

Por parte del Gobierno estuvieron, además del presidente, el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. También participó, durante breves minutos, el ministro de Educación, Daniel Filmus.

Según afirmo monseñor Radrizzani, Kirchner hizo «una larga explicación de toda la situación social del país” y manifestó su interés en todas las instancias del diálogo. Le interesa más el diálogo como metodología que como técnica, pero brindó su apoyo incondicional», reconoció.

El prelado subrayó que «lo que al Diálogo Argentino más le interesa en este momento es seguir construyendo la paz social y preocuparse por el tejido social. Lo más importante es seguir trabajando por la defensa de las instituciones, buscar el saneamiento del tejido social y evitar esos enfrentamientos que para nosotros son deletéreos, porque en lugar de construir la Argentina, la hieren cada vez más».

De la misma forma en que al presidente «le cuesta su gestión de Gobierno, a nosotros –explicó monseñor Radrizzani– nos cuesta también avanzar en el Diálogo, sobre todo por aquellos que piensan que somos unos ilusos. Sin embargo, estamos convencidos de que es mucha más la gente que lo quiere, que aquella que no lo quiere».

Según el obispo, el primer mandatario «sufre en carne propia que exista gente que quiere volver a la Argentina de antes. Entonces, todo aquello que significa renovación, se resiste. Y nosotros también percibimos eso en la Mesa del Diálogo».

Añadió que el presidente Kirchner «tiene un conocimiento muy exhaustivo de lo que es la sociedad, la política y el quehacer nacional. Habló del Producto Bruto Interno, de la reactivación, de los sin trabajo. Manifestó su preocupación sobre todo por el conurbano bonaerense y por ciertas provincias del Norte. Si bien hay fuerzas que no están de acuerdo en la renovación que él quiere propulsar, su visión es esperanzadora, más allá de las dificultades que se presentan».

Estimó luego que según su percepción personal, el presidente «no va a pactar con aquellos que quieren la Argentina antigua», y a modo de balance de la reunión, evaluó que «el hecho de que él se ponga a nuestra disposición y que el Episcopado también le planteara la disposición de colaborar en lo que se pueda, son signos de esperanza».

«Durante el encuentro no se tocó el tema de la deuda externa y sólo se habló en forma global de los problemas de la educación, sin hacer referencia a lo coyuntural», revela AICA.

«Tampoco se aludió al Congreso Eucarístico Nacional, que comienza en Corrientes y al cual el presidente está invitado, aunque no se haya comunicado por parte del Gobierno su participación», concluye la agencia.

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ZENIT Staff

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