«Deseamos que muestres a todos los participantes de ese Congreso nuestro saludo paterno, nacido de nuestro corazón», dice el Pontífice en su misiva.
Asimismo, le recuerda que «presidirás las celebraciones litúrgicas en mi nombre, exhortando con fervor a los presentes a que busquen en todo momento hacer crecer el amor y el culto al Sacramento del Altar».
«Por este motivo -subraya- los invitarás a dirigirse con fe a la Madre de Dios que, al ofrecer a su Hijo junto a la Cruz por nuestra salvación, sobresale como modelo singular de vida eucarística».