CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Acaban de publicarse «Las poesías juveniles de Karol Wojtyla», un volumen que recoge por primera la traducción (al italiano) de las composiciones poéticas del joven de de Wadowice, compuestas en sus años de juventud.
El libro, que ya es un «best seller» en Polonia, publica además cartas del futuro Papa escritas cuando tenía entre 19 y 20 años (años 1939 y 1940).
Estos versos, que durante cincuenta años han quedado escondidos, considerados en un primer momento por su autor como «artísticamente inmaduros», «se enmarcan en el clima literario de la época», ha explicado el profesor Paolo Martino, profesor de Lingüística en la universidad LUMSA de Roma.
La publicación de la obra en Italia se debe a esta institución, en colaboración con la editorial «Edizioni Studium».
«Se da una forma de simbolismo y hermetismo propio, de modo que son de difícil lectura –ha aclarado Martino al presentar el volumen a los micrófonos de «Radio Vaticano»–. Son versos densos, en los que se mezcla inspiración cristiana con espíritu eslavo», y «el esplendor del mundo clásico greco-latino».
El profesor señala que estas poesías del joven Wojtyla revelan un «límpido sentido de premonición»: «el joven obrero y estudiante presagia imponderablemente algo del futuro que le espera», «presentimientos que se realizan en el escritor».
Martino cita por ejemplo un pasaje de «Convivio» en la que el poeta dialoga con el Omnipotente y confiesa su deseo de «extender tu heredad paterna», «que esta voz sea escuchada por doquier entre las gentes».
Es más claro al inicio del «Soneto Decimocuarto», cuando el joven autor contempla el vuelo de un pelícano y afirma: «Se necesita un alma así», «que confiese el dolor del mundo, que alivie el peso de la desgracia, y acerque al Amor de las manos crucificadas».
«Ese alma se forja ya en estos versos y se prepara al destino extraordinario que todavía no conoce», explica el profesor. «Lo hace con la confianza puesta en lo alto, lo que le permite «ver» más allá del horizonte oscuro de ese momento un camino de paz».
Entre las poesías del volumen, se puede leer la que le dedicó el joven Karol a su madre fallecida cuando tenía doce años.
«Sobre la tumba blanca resplandece una luminosa tranquilidad, como si algo nos elevara, como si alentase la esperanza», escribía Wojtyla.