CASTEL GANDOLFO, martes, 21 septiembre 2004 (ZENIT.org).- La preocupación de Juan Pablo II por la paz en Colombia es uno de los elementos que está caracterizando la visita del segundo grupo de obispos del país, que en estos días cumplen con su quinquenal visita «ad limina apostolorum».
Desde este lunes los cuarenta y cuatro prelados que conforman el grupo se están encontrando con el Santo Padre en audiencias privadas personales.
El cardenal Pedro Rubiano, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y arzobispo de Bogotá, fue recibido por el Papa en su residencia pontificia de Castel Gandolfo este lunes, junto con sus obispos auxiliares.
El purpurado colombiano ha revelado que la audiencia le ha dado la oportunidad al obispo de Roma de recordar su visita a Colombia, en julio de 1986, «en la que el Papa recorrió el país con la paz de Cristo».
En declaraciones a «Radio Vaticano» el cardenal explica que los obispos han expresado al Papa «el afecto que el pueblo colombiano le tiene y agradecemos al Santo padre su cercanía con Colombia y su oración permanente para que podamos tener la paz».
«Comenzamos nuestra visita «ad limina apostolorum» a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo con la la celebración eucarística en la cátedra de San pedro en la Basílica de San Pedro», explica el obispo.
Se trata, añade, de «un momento de fe, de comunión con el Santo Padre, sucesor de san Pedro; un momento de nuestra comunión como obispos en ese empeño permanente por acompañar a nuestra gente en Colombia para que vivamos todos esa comunión con nuestro Señor en la comunión con nuestros hermanos».
