CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 15 octubre 2004 (ZENIT.org).- Reconocimiento nacional e internacional de la crisis humanitaria en Colombia y de los derechos de las víctimas, apoyo internacional para aliviar la emergencia y realización de programas humanitarios: son las metas de la campaña internacional de cuatro años de duración lanzada el miércoles desde Ciudad del Vaticano por «Caritas Internationalis».
Así, esta Confederación católica –que aglutina 162 organizaciones de «Caritas» nacionales—, convencida de que en Colombia «la paz es posible, pero tiene que ser una paz negociada y justa», respalda el trabajo de la Conferencia Episcopal de Colombia y del Secretariado Nacional de Pastoral Social del país.
Monseñor Héctor Fabio Henao, director de «Caritas Colombia» y de la pastoral social en el país –y conocido por su labor en favor de la paz y desarrollo en algunas de las zonas más peligrosas, así como mediador en secuestros— fue el encargado del lanzamiento de la campaña.
«Colombia se halla en una crisis humanitaria y parece que nadie se da cuenta de ello o que a nadie le importa», denunció.
Por su parte, el secretario general de «Caritas», Duncan MacLaren, indicó la finalidad del programa de obtener una «visibilidad en la agenda social de la comunidad internacional» y no dudó en calificar la crisis colombiana como «el tercer peor desastre humanitario del mundo, después del de Sudán y República Democrática del Congo».
Según explicó a ZENIT monseñor Henao, «la construcción y el mantenimiento de la paz es una prioridad de la Conferencia Episcopal colombiana».
«En el curso de los 40 años de conflicto en Colombia –aclaró— la Iglesia ha representado frecuentemente el único canal de comunicación entre las facciones beligerantes. En las regiones aisladas, los eclesiásticos llenan el vacío dejado por la ausencia de la autoridad estatal».
Durante años los prelados colombianos han participado en esfuerzos de dialogo y negociación entre el gobierno colombiano y los dos grupos guerrilleros de inspiración marxista activos: las FARC («Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia») y el ELN («Ejército de Liberación Nacional»), así como con los grupos paramilitares, las AUC («Autodefensas Unidas de Colombia»).
Paralelamente a estos esfuerzos de negociación, la Conferencia Episcopal de Colombia continúa llamando la atención sobre las víctimas del conflicto, apunta «Caritas».
Este sangriento «conflicto olvidado» ha provocado en estas cuatro décadas tres millones de desplazados y en los dos últimos lustros ha acabado con la vida de 35.000 civiles. Unos 11 mil menores de 14 años están ligados a grupos armados ilegales en Colombia, uno de los países del mundo que encabeza una auténtica industria del secuestro de personas.
El objetivo de la campaña, explica «Caritas Internationalis», es motivar a toda su red «a involucrarse solidariamente con las víctimas del conflicto armado colombiano y en incidencia política hacia gobiernos nacionales y estructuras internacionales para que implementen políticas coherentes en respaldo a la llamada de la Iglesia a favor de negociaciones políticas y justicia social».
Con esta campaña, a nivel internacional «Caritas» pide implicación y apoyo de negociaciones políticas entre las partes armadas, la implementaron de políticas de cooperación hacia Colombia –que promuevan el ambiente para las negociaciones y que contribuyan a la justicia social—, el reconocimiento político de la crisis humanitaria actual y de los derechos de las víctimas de la guerra y contribución a aliviar la crisis.
La organización católica llama además al Estado y a la sociedad colombiana a establecer políticas nacionales coherentes para llegar a negociaciones de paz y a la construcción de justicia social para todos, reconocer también la crisis humanitaria actual y los derechos de las víctimas, e implementar programas nacionales encaminados a resolver esta situación y facilitar el apoyo de organizaciones internacionales y ONGs.
Más información en www.caritas.org.
