CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 18 octubre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que Juan Pablo II dirigió este lunes al presidente de la República del Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, al recibirle en audiencia en el Vaticano.
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Señor Presidente:
Me complace darle la bienvenida en esta audiencia con ocasión de su visita a Roma. Aprovecho esta oportunidad para renovarle las expresiones de mi afecto al pueblo paraguayo y le pido que tenga la amabilidad de transmitirle el saludo del Papa y la seguridad de su recuerdo en la oración.
Espero que el mensaje cristiano, que ha penetrado en el alma de ese noble pueblo y ha dado frutos de santidad en San Roque Ruiz y compañeros mártires, siga proporcionando inspiración y aliento a cuantos están comprometidos en el desarrollo del Paraguay por el camino de la justicia y la solidaridad. Invocando la protección de la Virgen Pura y Limpia de Caacupé, bendigo de corazón a todos los paraguayos.
[Texto original en castellano]
Como muestra una antología de sus discursos pronunciados sobre el tema
La primera, «urge resaltar la importancia de la Eucaristía dominical»
«Irak es nuestra tierra, ¿por qué deberíamos dejarla?», se pregunta el patriarca de Bagdad