CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 17 octubre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II puso este domingo el futuro de su ministerio en manos de Dios al dar las gracias por las numerosas felicitaciones que ha recibido con motivo de los veintiséis años de pontificado.
El Santo Padre celebró este sábado el aniversario (fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978) en una jornada marcada por la oración y por sencillos festejos.
«Deseo manifestar mi profunda gratitud a cuantos, con motivo del aniversario de mi elección a la Cátedra de Pedro, me han dirigido sus felicitaciones y me han asegurado sus oraciones», afirmó este domingo antes de rezar el Ángelus ante los numerosos peregrinos que con este motivo se habían congregado en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Pido al Señor que conforte a cada uno con la abundancia de sus dones, me encomiendo a Él e invoco, por intercesión de la Virgen Santísima, su ayuda constante para un fructuoso ejercicio de mi ministerio en la Iglesia», añadió hablando con voz relativamente clara.
Después, improvisando, añadió: «¡Muchas gracias!». La gente le respondió gritando en italiano: «¡Felicidades!».
Pocas horas después debía presidir la misa en la Basílica San Pedro para dar inicio solemne al Año de la Eucaristía, enviando además un mensaje televisivo a los peregrinos congregados en Guadalajara (México) con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico Internacional.
Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, en declaraciones a la agencia italiana ANSA, reveló que este sábado el Papa celebró dos misas privadas para recordar su aniversario.
«La primera –afirmó– la celebró como de costumbre, muy pronto en la mañana, y la ha dedicado a dar gracias por lo que ha vivido en estos años».
La segunda, añadió el director de la Oficina de Información vaticana, la celebró también en su capilla privada, en torno a las 18,00, en coincidencia con la hora de su elección, en 1978.
Esta misa, explicó, la dedicó a «pedir a Dios una bendición para el trabajo que le queda por hacer en el futuro».
Navarro-Valls ha revelado que el Papa ha recibido «miles de mensajes de felicitación de todo el mundo, también de países islámicos».
Estos mensajes, explica, han sido enviados «por jefes de Estado, de gobierno, instituciones internacionales», así como «por gente normal, católicos y no católicos».
Muchas de estas misivas, sigue diciendo el portavoz, contienen palabras de agradecimiento «por lo que ha dicho sobre la paz en el mundo, sobre todo sobre la guerra preventiva».
«Los demás temas más frecuentes en los mensajes –explica– tienen que ver con la familia y Europa, haciendo referencia en particular a sus raíces cristianas».
Este sábado, Juan Pablo II almorzó con sus colaboradores más cercanos, entre otros, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, su secretario personal; el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado; el cardenal Camillo Ruini, vicario para la diócesis de Roma; y el cardenal estadounidense Edmund Szoka, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Al final de la comida no faltó el plato preferido del Papa, el pastel, preparado por las religiosas polacas que le atienden.
Navarro-Valls ha revelado que el Papa también quedó «muy contento» por el concierto que este viernes le ofreció la Armada Rusa para celebrar este aniversario.
«Ha quedado muy satisfecho también por la simbología cultural que encierra este acontecimiento. Durante años se decía que los cosacos darían de beber a sus caballos en las fuentes de San Pedro [el Vaticano, ndr.]: la profecía de guerra se ha convertido en una promesa de paz», concluye.