Así lo constatan dos informes –de los que se hace eco la agencia «AsiaNews» del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras–; uno procede del Instituto de Política de Desarrollo Sostenible (SDPI) de Islamabad, que alerta de que para eliminar la discriminación religiosa es necesaria una reforma de los programas escolares.
Según su análisis, desde hace más de 20 años los contenidos de los programas didácticos y de los libros de texto oficiales son contrarios a los objetivos y valores de un islam moderado y progresista.
De la misma idea es el Centro para el Desarrollo Humano (HDC) dirigido por el sacerdote católico Bonnie Mendes, quien denuncia los prejuicios que contienen los programas de estudio contra las minorías, especialmente contra los cristianos.
Ambos informes recogen el fracaso de libros y programas en el reconocimiento del pluralismo religioso en Pakistán.
Explican que «la enseñanza de la “islamiat” (los estudios islámicos) es obligatoria sólo para los estudiantes musulmanes; pero la mayoría de los libros de texto están en urdu –lengua que los paquistaníes de todo credo deben conocer— y manejan exclusivamente el islam»; incluso «los libros de inglés tienen un alto contenido religioso».
Igualmente se ha comprobado que «los manuales escolares promueven una idea de nacionalismo pakistaní según la cual los no musulmanes no sólo no pueden ser considerados pakistaníes, sino tampoco buenos seres humanos», mientras que «la lectura del Corán, obligatoria según la Constitución nacional sólo para los musulmanes, se impone en la práctica a todos los estudiantes».
Además «todos los alumnos de urdu y estudios sociales reciben enseñanzas de ritos islámicos, como la oración (namaz) y las abluciones (wuzu)».
De acuerdo con el informe del SDPI, los programas escolares y los textos de estudio alientan a la violencia y a la militancia poniendo el acento en la glorificación de la guerra y el uso de la fuerza. Apunta en su origen el intento de inhibir en los estudiantes la capacidad crítica y de elección autónoma.
El ministerio pakistaní de Educación, durante la revisión de los currículos escolares de marzo de 2002, no afrontó la cuestión de los antiguos programas aún adoptados en las escuelas. Según el informe del SDPI, actualmente algunos de estos problemas han empeorado.
De los casi 160 millones de habitantes de Pakistán, el 97% son musulmanes (de los cuales el 77%, suníes). El resto de las minorías son sobre todo de religión cristiana e hindú.