CIUDAD DEL VATICANO, martes, 7 diciembre 2004 (ZENIT.org).- Al recibir este martes el premio «Ettore Majorana – Ciencia por la paz», atribuido por científicos de todo el mundo, Juan Pablo II abogó por el diálogo entre ciencia y fe.
En la ceremonia de entrega del reconocimiento, celebrada en el Vaticano, estaban presentes miembros de la «World Federation of Scientists», guiados por su presidente, el físico italiano Antonino Zichichi.
El Papa anunció durante el encuentro que destinará el dinero recibido con el premio a ofrecer becas de estudio para estudiantes necesitados del tercer mundo.
El premio ha sido concedido por el Centro Internacional de Cultura Científica, fundado por Zichichi hace más de 40 años en Erice, Sicilia, entre otras cosas «por haber dado a la ciencia el mismo pedestal de la fe, creando así en el mundo las bases para una gran alianza entre ciencia y fe; alianza de la que se experimenta una gran necesidad en este inicio del tercer milenio».
En el discurso que dirigió a los científicos el Papa deseó «que el esfuerzo conjunto de la comunidad científica internacional, de las instituciones públicas y de todas las personas de buena voluntad pueda asegurar a la humanidad un futuro de esperanza y de paz».
«Que Dios haga fecundo este compromiso común; que ayude en particular a los creyentes que se dedican a la investigación científica a ofrecer un claro testimonio evangélico y a favorecer el diálogo entre la ciencia y la fe», afirmó.
El premio es atribuido a través de una votación en la que participan científicos de todo el mundo y está dedicado al físico nuclear italiano Ettore Majorana (1906-1938), fallecido muy joven en circunstancias que todavía no han sido aclaradas.