ROMA, viernes, 21 enero 2005 (ZENIT.org).- Este viernes se estrena en los cines de Italia «A la luz del sol», la película que narra la historia del sacerdote de Palermo Giuseppe Puglisi, asesinado por la mafia siciliana ante la iglesia de la que era párroco el 15 de septiembre de 1993 –día en que cumplía 56 años– y cuya causa de beatificación como mártir está en estudio.
Don Pino Puglisi fue «culpable» de preocuparse por los niños del barrio Brancaccio de Palermo, un valor que entró en conflicto con los intereses del poder mafioso y que le costó la vida.
«A la luz del sol» muestra la vida del párroco de San Gaetano –de aquel barrio–, un hombre que, desarmado, había decidido cambiar la mentalidad de las personas con las que él mismo había crecido. Había abierto un centro de acogida que para muchos niños significó la salvación.
Su compromiso fue truncado por los «jefes» del barrio que, después de las amenazas, pasaron a los hechos. Su reacción ante los asesinos, acogidos con una sonrisa, turbó a uno de ellos, desde 1997 colaborador de la justicia.
Dirigida por Roberto Faenza, la cinta parte de la denuncia de un aislamiento que laceró los últimos meses de la vida del sacerdote, pero también de la esperanza, como muestran los encuadres iniciales dedicados a los niños.
A estos niños, que jugando a hacerse los duros acaban en la calle vendiendo heroína, don Pino logró regalarles una sonrisa, una esperanza y una vida que parecía perdida.
La intención del director no ha sido hacer una película política y menos aún sobre la mafia: «No quería dar a los mafiosos esa fascinación que les otorgan muchas películas, especialmente americanas, sino describir a estas personas por lo que son: miserables, homúnculos», afirma, según cita el portal juvenil «Giovani.org».
Y no fue fácil sacar adelante el proyecto, pues nadie quería producir la película, confirma Faenza. Finalmente, será «Mikado» quien distribuya «A la luz del sol».
De igual forma surgieron obstáculos para la grabación: sólo algunas escenas se han rodado en Brancaccio. «Se nos desaconsejó hacer demasiadas tomas y nos “advirtieron” que rodar una película sobre la vida de don Puglisi en Brancaccio reabriría heridas muy profundas. Pero creo que es justamente éste el papel de un director: reabrir las heridas para hacer reflexionar», dijo en declaraciones al noticiero televisivo «Tg3».
Luca Zingaretti, un conocido actor de televisión, encarna al sacerdote de Palermo. «La mafia no es un problema sólo de los sicilianos. Yo estoy informado de todos los problemas y cuestiones judiciales en nuestro país»; «es un deber para cualquiera informarse y no perder la memoria» de sucesos así, reconoció.
El mensaje que dejó don Puglisi –según reconoció a «Radio Vaticano» el cardenal Salvatore De Giorgi, arzobispo de Palermo— es que «no hay que detenerse jamás ante los obstáculos», «no hay que tener miedo de los que amenazan», sino «sólo de los que pueden destruir los valores espirituales».
En cuanto a la película sobre el sacerdote asesinado, lo que más ha impactado al purpurado es «la escena final, cuando todos los chavales acuden en torno a sus restos mortales». «En realidad, cuando el cuerpo del padre Puglisi fue llevado a la catedral me dijeron que toda la noche y por el día muchísimos niños estaban allí, para orar y llorar, pero con el signo de la esperanza», recuerda.
Mirando estos once años en Palermo, el prelado admite: «Particularmente en las parroquias he visto una toma de posición cada vez más coral y valiente y puede decir que he visto, por parte de las nuevas generaciones, una toma de conciencia también respecto a la mafia».