BUENOS AIRES, miércoles, 19 enero 2005 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado que ha presentado este miércoles el Secretariado para la Familia de la Conferencia Episcopal de Argentina, para aclarar las interpretaciones periodísticas de las declaraciones que hizo este martes el padre Juan Antonio Martínez Camino, secretario general de la Conferencia Episcopal Española (Cf. ZENIT.org).

La declaración está firmada por Carlos Camean Ariza, director de Comunicación del Secretariado.


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El Secretariado Nacional para la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina se ve obligado a aclarar:

- Que de ninguna manera la Iglesia ha aprobado ni justificado el uso del preservativo.

- La posición de la Iglesia no ha cambiado en cuanto a que el único camino para prevenir cualquier enfermedad de transmisión sexual es la fidelidad y la abstinencia.

- Fomentar las relaciones promiscuas bajo el argumento del la protección, es al menos temerario, considerando que la falla de este sistema oscila (dependiendo de la enfermedad) de entre un 3 al 10%.

- Los estados tienen obligación de ser claros al momento de informar a la población sobre estos aspectos, no engañando sobre beneficios que no son ciertos.

- El católico, más allá de su adhesión a los principios de la Iglesia en su accionar personal, tiene obligación de procurar que toda la sociedad viva disfrutando de los beneficios que tales normas le proporcionan. Actuar de otra manera sería necio y antisocial. Dentro del marco democrático, como ciudadano, tiene el derecho y la obligación de peticionar a las autoridades en estos aspectos y coadyuvar a que la verdad sea dicha y que el estado no engañe a los conciudadanos.

- Separar en este aspecto lo público de lo privado sería como reconocer que no le interesa el bienestar de los demás mientras no le afecten en lo personal. Aceptar que las políticas públicas pueden ir en contra de sus principios sería aceptar que los mismos no son más que normas autoimpuestas, antes que bienes que propenden a la felicidad de todos los hombres.

- Hace pocos días hemos celebrado la Epifanía (comúnmente llamada Fiesta de Reyes) por la que Dios manifiesta a todos los hombres, sin excepción, el camino hacia la felicidad plena en su seno. Todo lo que cierre el camino a ese encuentro amoroso con Dios, como lo es el uso indebido de las propias potencias, seguirá siendo condenado por la moral católica y anunciado a todos los hombres en busca de su bien y armonía.