La salud del Papa según el portavoz vaticano

Palabras de Navarro-Valls en la rueda de prensa al final de la mañana del viernes

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 1 abril 2005 (ZENIT.org).- Publicamos la trascripción y traducción realizada por Zenit de las palabras que pronunció Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, en la rueda de prensa concedida en torno a las 12.30 de este viernes.

En primer lugar, citó pasajes de comunicado que ya había distribuido a las 6.30 de esta mañana.

* * *

Esta mañana las condiciones de salud del Santo Padre son muy graves.

En la tarde de ayer, 31 de marzo, como ya se anunció, a causa de una infección de las vías urinarias, se produjo un shock séptico y un colapso cardiocirculatorio.

El Santo Padre fue inmediatamente ayudado por el equipo médico de guardia en el apartamento privado de su Santidad.

Se activaron las medidas terapéuticas y de asistencia cardiorrespiratoria apropiadas.

Se ha respetado la voluntad del Santo Padre de permanecer en su apartamento, donde, por otra parte, se garantizó una asistencia sanitaria eficaz.

En la noche del jueves, tuvo lugar una estabilización del cuadro clínico, pero la situación ha evolucionado de forma negativa.

La situación del Santo Padre es seguida y controlada muy atentamente.

El Santo Padre está consciente, lúcido y sereno. A las 19.17 de ayer ha recibido el Santo Viático.

A las seis de esta mañana, concelebró la Santa Misa.

El cardenal secretario de Estado y los más próximos colaboradores del Santo Padre, unidos a él en la oración, siguen la evolución de las condiciones clínicas de Su Santidad.

El Papa es asistido por su médico personal, el doctor Renato Buzzonetti, dos médicos reanimadores, un cardiólogo, un otorrinolaringólogo, así como dos enfermeros.

* * *

A continuación, Navarro-Valls informó sobre la evolución de la salud del Papa durante la mañana.

* * *

El Papa sigue estando consciente. Como se dijo hace poco, esta mañana concelebró la santa misa. Hacia las 7.15, al darse cuenta de que era vienes, día en el que desde siempre –al menos desde que es sacerdote– realiza habitualmente el Vía Crucis, pidió que le leyeran las catorce estaciones del Vía Crucis. Ha seguido con atención la lectura de los textos y he visto que se hacía el signo de la cruz en cada una de ellas, durante la lectura de estos textos.

Poco después de haber acabado el Vía Crucis, pidió realizar Liturgia de las Horas, y pidió en concreto que le leyeran la Hora Tercera. He visto que esta mañana ha recibido a algunos de sus colaboradores en su habitación: he visto al secretario de Estado, el cardenal Sodano; al Sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Sandri; al cardenal Ruini; al cardenal Szoka; al decano del Colegio de los cardenales, el cardenal Ratzinger; a su excelencia Lajolo y a su excelencia Sardi.

La situación en este momento es estacionaria. Se mantienen las condiciones de notable gravedad. Los parámetros biológicos están alterados. La presión arterial es inestable. El Papa sigue estando lúcido, plenamente consciente, y tengo que decir que está muy sereno.

Poco antes de venir, pidió que le leyeran textos de los pasajes de la Sagrada Escritura y sigue con atención estas lecturas. Esta es la situación en este momento.

Puedo anunciar que esta noche permanecerá abierta la Oficina de Prensa. Las agencias deben saber que, si hay informaciones que consideramos importantes, las recibirán a través de nuestro sistema electrónico.

* * *

A continuación, Navarro-Valls respondió a algunas preguntas de los periodistas.

–Pregunta: ¿Ha explicado el Papa por qué no ha querido ir al hospital?

–Navarro-Valls: No. Cuando le comunicaron la real gravedad de la situación, estando plenamente consciente, preguntó si era estrictamente necesario ir al Hospital. Le han dicho que no era estrictamente necesario, pues como ya dije antes, la asistencia completa estaba garantizada. Entonces decidió quedarse en su apartamento.

–Pregunta: ¿Qué sientes tú en estos momentos?

–NavarroValls con lágrimas en los ojos: Creo que no tienen ningún interés mis sentimientos. Ciertamente es una imagen que no había visto antes en estos veintiséis años: el Papa lúcido, y extraordinariamente sereno, con la lógica dificultad respiratoria relativa. Una imagen nueva.

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ZENIT Staff

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