CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 abril 2005 (ZENIT.org).- Publicamos el «briefing» que ofreció este sábado Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, sobre el inminente cónclave.
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El lunes que viene, 18 de abril, 115 cardenales de 52 países, que representan a los cinco continentes, iniciarán el primer cónclave del III Milenio para elegir al 264 sucesor de Pedro, es decir, el 265 Papa de la historia de la Iglesia católica.
Los cardenales se trasladarán a la Casa de Santa Marta mañana domingo, 17 de abril por la tarde, donde cenarán todos juntos.
Como ya se anunció, el lunes a las 10,00, en la basílica vaticana, se celebrará la Santa Misa «para la elección del Romano Pontífice».
El lunes a las 16,30, comenzará la procesión de los cardenales electores, que saliendo del Aula de las Bendiciones llegará a la Capilla Sixtina. Podréis seguir este rito en directo por televisión.
El juramento de todos los cardenales electores tendrá lugar en la Capilla Sixtina. El cardenal decano leerá la fórmula de juramento, y posteriormente, cada cardenal pronunciará su nombre y poniendo la mano sobre el Evangelio, dirá: «Prometo, me obligo y juro». Estos días se ha hablado con frecuencia del vínculo de secreto para la elección del Papa. De todos modos, recuerdo que esta es solo una parte del juramento. Antes que nada se jura observar lo prescrito en la Constitución Apostólica «Universi Dominici gregis» y después se jura –y leo– «que quien por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el «munus Petrinum» de Pastor de la Iglesia universal».
Después del juramento, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias intima el «extra omnes» y quien no participa en el cónclave abandona la Capilla Sixtina. Sólo se quedan el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y el cardenal Tomás Spidlik, para la meditación, y una vez terminada, también ellos dejarán la Sixtina.
Durante el cónclave, los cardenales seguirán el siguiente horario: A las 7,30 de la mañana, celebración o concelebración de la Santa Misa en la Casa de Santa Marta. A las 9,00 se encontrarán ya en la Capilla Sixtina. Allí rezarán las laudes de la Liturgia de las Horas e inmediatamente después tendrán lugar las votaciones según el ritual prescrito (dos votaciones por la mañana y dos por la tarde). Por la tarde las votaciones comenzarán a las 16,00. Al final de la segunda votación se rezarán las vísperas.
Después de las dos votaciones de la mañana y de las dos votaciones vespertinas, las papeletas y los eventuales apuntes de los cardenales se quemarán en la estufa preparada dentro de la Capilla Sixtina. Por tanto, como horario puramente indicativo, las fumatas podrían tener lugar hacia las 12 y hacia las 19 horas (siempre que la elección del Papa no tenga lugar durante el primer escrutinio de la mañana o de la tarde, caso en que la fumata se anticiparía). De todas formas, está previsto que al mismo tiempo que la fumata blanca señala la elección, toquen también las campanas de San Pedro.
Conocéis muy bien las indicaciones de la constitución apostólica «Universi Dominici gregis» por lo que se refiere a las votaciones. El «quorum» válido para la elección del Papa, es inicialmente de dos tercios. Después de tres días de votación sin elección, habrá una jornada sin votaciones dedicada a la reflexión y la oración. Pasado ese día se reanudarán las votaciones a lo largo de siete escrutinios eventuales a los que seguirán otra jornada de reflexión, otros siete escrutinios, otra pausa y otros siete escrutinios. Después de lo cual se decidirá, por mayoría absoluta, cómo proseguir, o sea por sufragio con mayoría absoluta o con el balotaje entre dos candidatos. Esto siempre que se llegue al 33 ó 34 escrutinio sin resultados positivos.
Por lo que se refiere a la primera votación, se decidirá después de la entrada en el cónclave, si es el caso de efectuarla ya en la misma tarde del lunes 18 de abril.
El ámbito del cónclave comprende la Casa de Santa Marta y la Capilla Sixtina. Los cardenales podrán recorrer a pie, o si alguno lo prefiere en autobús el trayecto que costea el camino detrás de la basílica vaticana. Naturalmente no habrá personas a lo largo del recorrido.
Los accesos al patio de San Dámaso se precintarán.
Esos días los turistas no podrán subir a la cúpula de la basílica ni entrar en los jardines vaticanos.
En cambio los peregrinos podrán visitar la tumba de Juan Pablo II durante el horario de apertura de las grutas vaticanas.
Hoy acaban las congregaciones generales de los cardenales.
Hago dos observaciones al final de estos encuentros: el clima de las congregaciones ha sido de gran familiaridad. Quizá era la expresión de la gran responsabilidad que todos los cardenales sienten en estos momentos. Se ha podido así llegar a un consenso muy amplio sobre los temas generales afrontados en las discusiones.
Confirmo también que no se ha hablado de nombres en ninguna congregación.
[Traducción del original italiano distribuida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede]