Philip Hockerts ha explicado que esta medida adoptada por los médicos se debe a motivos de «precaución». «No es nada serio, gracias a Dios, está bien», ha dicho el portavoz sin ofrecer ulteriores detalles.
El sacerdote había sido hospitalizado el 4 de agosto en el policlínico Agostino Gemelli de Roma, mientras se encontraba visitando a su hermano, el Santo Padre, en la residencia pontificia de Castel Gandolfo. A causa de unas alteraciones del ritmo cardíaco, se le implantó un marcapasos.
El anciano sacerdote ha sido maestro de Capilla en la Catedral de Ratisbona.