ROMA, domingo, 11 septiembre 2005 (ZENIT.org–El Observador).- El diálogo entre la Iglesia y el gobierno mexicano, con respecto a la aprobación de la «píldora del día siguiente», parece un diálogo cerrado.
Desde hace un par de meses, la píldora –que según científicos puede ser abortiva– circula en el cuadro básico de medicamentos promovido por el sector oficial de la salud.
Por ese motivo, Zenit–El Observador ha entrevistado, a su paso por Roma, durante la visita «ad limina apostolorum» de los obispos mexicanos, a monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de Matehuala y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar de la Conferencia del Episcopado Mexicano
–¿Cuál es la situación actual en torno a la «píldora del día siguiente» en México?
–Monseñor Aguilar Martínez: Se han hecho oficiales algunas decisiones del gobierno sobre el anticonceptivo de emergencia, más conocido como «píldora del día siguiente». Nosotros nos hemos opuesto, apoyando la Doctrina de la Iglesia en estudios científicos que mencionan que la píldora puede ser abortiva.
–¿Siempre es abortiva?
–Monseñor Aguilar Martínez: No siempre, pero puede serlo. ¿En qué caso? Cuando la píldora impide la implantación del óvulo fecundado. Cuando el óvulo está fecundado, ya se ha iniciado la vida humana. Si se le impide su implantación, se está impidiendo un desarrollo que ya inició. Esto, científicamente, está demostrado. Los que hablan de que la píldora no es abortiva, hablan de embarazo hasta que el óvulo ya se implantó. Si se defiende esto, se da al traste con la postura científica en la que se apoya la Iglesia.
–Pero, ¿no se dice en la prensa lo contrario?
–Monseñor Aguilar Martínez: Sí, pero en este caso la Iglesia no se apoya en cuestiones de fe, sino en cuestiones científicas que no están peleadas ni con la razón ni con la fe.
–¿Hay disposición de escuchar a la Iglesia por parte del gobierno de México?
–Monseñor Aguilar Martínez: No sabemos qué tan dispuestos estén no tanto a escucharnos a nosotros, sino a escuchar a todos los científicos. Para mí, ésa es la gran esperanza: que escuchen a todos los científicos, especialmente a aquellos científicos que son médicos. Pero, si ya es una postura definida…
–¿Cree usted eso? ¿El gobierno ha definido la disposición de poner en circulación el anticonceptivo de emergencia?
–Monseñor Aguilar Martínez: No alcanzo a ver con claridad qué es lo que pretende el gobierno mexicano.
–¿Qué podemos esperar, si se aprueba esta píldora y se propone como parte del paquete básico de medicamentos del Sector Salud mexicano?
–Monseñor Aguilar Martínez: Desgraciadamente pueden darse otras muchas decisiones erróneas, por ejemplo, los pasos que ya se daban hacia la eutanasia, la manera con que se iniciaba a presentar la homosexualidad como una opción natural que, incluso, se convierta en un derecho y que nos haga «raros» a los heterosexuales… Estamos dando pasos laterales, igualando a otros países que equiparan el matrimonio con las uniones homosexuales.
–Se habla de «ampliación de derechos»…
–Monseñor Aguilar Martínez: Un derecho no puede actuar contra la persona misma. Lo que se está tergiversando es el sentido antropológico de lo que es esencial al ser humano. Estamos entrando en un forcejeo en el que creen que la postura de la Iglesia es anticuada, retrógrada, oscurantista; pero esas son las consecuencias de lo que llamaba el Papa Benedicto XVI «la dictadura del relativismo». Ese sentido de tolerancia, de apertura a todo, ha hecho que ya no existan valores absolutos, universales.
–¿Quién es, finalmente, más intolerante?
–Monseñor Aguilar Martínez: Quien no respeta la postura de los demás. La solidez de la sociedad tiene que estar afincada en la verdad de la relación entre varón y mujer que, a su vez, conforma una base estable, donde el niño nace y crece con el derecho a decir «éste es papá y ésta es mamá».