«Nosotros no podemos venir ante el sepulcro de Pedro y Pablo simplemente diciendo: “le hicimos la lucha, pusimos el mejor de nuestros esfuerzos; sabemos que este no es el mandato del Señor, El nos ha elegido para que demos fruto, y el fruto permanezca», afirmó dirigiéndose a los 33 obispos de la región centro del país, según informa la Conferencia Episcopal Mexicana.
En su homilía de la misa, que tuvo lugar el pasado sábado, el arzobispo primado de México subrayó que esta visita debía servir para trabajar mas arduamente y pedir a Dios que echen raíces y maduren los frutos sembrados, porque: «siempre hay algo más que se puede hacer todavía».
Este lunes el Papa recibió al cardenal Rivera y a sus obispos auxiliares. El Santo Padre también concedió audiencias separadas a monseñor Domingo Díaz Martínez, obispo de Tuxpan; a monseñor Constancio Miranda Weckmann, obispo de Atlacomulco; y a monseñor Florencio Olvera Ochoa, obispo de Cuernavaca.