Este último grupo está conformado por 26 obispos de las provincias de Oaxaca, Acapulco y Mérida, aunque integra en él al cardenal de Guadalajara y al obispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, quienes han retrasado su asistencia a la visita al Papa Benedicto XV1 para estar presentes, durante el mes de octubre, en el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía.
Durante la homilía de la misa, el cardenal Sandoval, pidió a los obispos dar esperanza a este mundo desesperanzado que ha perdido el camino de Dios: «debemos ir a las raíces y fundamentos de nuestra fe, para ser nosotros mismos hombres de fe, hombres de comunión, y en este mundo desesperanzado y triste, porque ha perdido el camino de Dios, ser hombres de esperanza».
Así mismo, hizo énfasis en que el ministerio episcopal es para toda clase de personas, y que los obispos están para servir a cada uno, teniendo como principales a los más sencillos: «el obispo está para todos, pero mas especialmente para los pobres y humildes, de los cuales tenemos tanto que aprender, (…) que nuestro ministerio, que debe atender a los de arriba y a los de abajo, se esmere más con la gente sencilla», destacó.
Terminó la homilía exhortando a los 26 obispos presentes a poner ejemplo e ir por delante en el amor a Dios y en las virtudes teologales: «habrá que hacernos modelo de la grey, que significa ir adelante en el amor al Señor y en las virtudes teologales, en las cuales el obispo debe ser eminente», concluyó.
Según un comunicado de la CEM, está previsto que el jueves 29 de septiembre sea la Audiencia General de este último grupo con el Santo Padre, en donde Benedicto XVI leerá el último mensaje para México de esta visita «ad limina».
Con este cuarto mensaje, la Iglesia en México tendrá definidos los retos pastorales a enfrentar en los próximos años.