QUERÉTARO, martes, 27 septiembre 2005 (ZENIT.org–El Observador).- El Papa Benedicto XVI ha alentado a las tres ordenes franciscanas presentes en México a «mantener vivo el espíritu del pobrecillo de Asís, cuyo ejemplo sigue incendiando el mundo».
El mensaje del pontífice, leído por el nuncio apostólico en México, el arzobispo Giuseppe Bertello, sirvió de marco al Primer Encuentro Nacional de las Tres Ordenes Franciscanas, que se ha celebrado, con una asistencia de más de mil delegados este último fin de semana en esta ciudad del centro de México.
Bajo el nombre de «Humanismo Franciscano, ¡Paz y Bien, Hermano Mundo!», diversos institutos y entidades inspiradas por el espíritu de san Francisco de Asís en México, entre ellas la Conferencia Franciscana de México, la Escuela de Espiritualidad Franciscana y la Universidad Franciscana de México, han reflexionado en torno a la oferta humanizadora que el carisma franciscano tiene para el mundo moderno en los campos de la religión y la cultura.
Los franciscanos, en cualquiera de sus tres órdenes, han tenido un papel destacado en la evangelización de México. El obispo de Querétaro, monseñor Mario de Gasperín, se ha referido a este acontecimiento como «una gracia para la Iglesia» y ponderó la aportación de la familia franciscana «en la búsqueda de un humanismo para el día de hoy, inspirado en los fundadores Francisco y Clara de Asís, pero que, a su vez, coadyuve a la edificación de la Iglesia una, santa y católica».
Por su parte, monseñor Bertello recordó que el Papa Benedicto XVI «ha urgido al episcopado mexicano» –que está concluyendo su visita «ad limina apostolorum» en Roma– «a emprender una nueva evangelización que impregne toda la experiencia humana de los mexicanos desde el testimonio de Jesucristo vivo».
En esa tarea, añadió monseñor Bertello, «el carisma franciscano tiene mucho que decir y aportar: el pobrecillo de Asís, antes de predicar en cualquier pueblo, deseaba la paz a sus oyentes» y esto, subrayó, «es una tarea impostergable de los franciscanos: ser constructores de la paz».
En su mensaje el Santo Padre se congratula por la inquietud de los franciscanos de ofrecer a México, desde su carisma, alternativas para superar las situaciones negativas que se viven en el país y para potenciar todo aquello que lo hiciera un país mejor.
Finalmente, el Papa exhorta a los participantes en este Primer Congreso Nacional, «a vivir su adhesión personal a Jesús, compartiendo la alegría y siendo instrumentos de paz y bien.