Acompañadas por el embajador estadounidense Francis Rooney, fueron recibidas durante quince minutos en la biblioteca apostólica por el Papa, quien pidió a la señora Bush que le transmitiese a su marido sus mejores deseos.
Tras la audiencia, la primera dama estadounidense ofreció unas breves declaraciones a los periodistas sobre el encuentro en las que reveló que el Papa «me habló de sus preocupaciones sobre el terrorismo, y las actuales preocupaciones sobre la violencia en Beirut, Damasco y otras ciudades».
Manifestaciones de protesta han tenido lugar en varios países de mayoría musulmana contra la publicación de viñetas sobre la figura de Mahoma en periódicos occidentales. El presunto asesino del sacerdote católico asesinado en Turquía el 5 de febrero confesó que actuó como reacción a estas imágenes.
«Su esperanza y ciertamente nuestra esperanza está en la paz y la tolerancia por cada uno de nosotros, está en tratar a cada quien con respeto», afirmó la señora Bush.
«Sé que los musulmanes se han sentido ofendidos con estas viñetas –añadió–. Comprendo su resentimiento, pero por otro lado no creo que la violencia sea la respuesta. Creo que todos en todo el mundo tienen que alzar la voz y decir: «acabemos con la violencia»».
Al dar la bienvenida a sus huéspedes, el Papa les deseó una estancia serena en Italia.