LIMA, miércoles, 15 febrero 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje de los obispos peruanos escrito con motivo de las próximas elecciones generales que se celebrarán en el país, presentado este miércoles.



Compromiso Ético por el Perú




La política es una obra colectiva: todos y cada uno tienen el derecho y el deber de participar en ella, cada uno desde su situación y vocación particular.

Los Obispos del Perú, desde nuestra misión de Pastores, queremos ofrecer algunas orientaciones de carácter ético para que tanto los electores como los propios candidatos asuman sus compromisos ciudadanos con madura reflexión y responsabilidad patriótica.

Buscar la justicia y el bien común

1. “La justicia es el objeto y, por tanto, también la medida intrínseca de toda política. La política es más que una simple técnica para determinar los ordenamientos públicos: su origen y su meta están precisamente en la justicia, y ésta es de naturaleza ética” (Dios es Amor, 28. Carta encíclica de S.S. Benedicto XVI, 2005).

2. “El orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política. Así pues, el Estado se encuentra inevitablemente de hecho ante la cuestión de cómo realizar la justicia aquí y ahora” (Dios es Amor, 28 a).

3. Son grandes los problemas que afectan en la actualidad a nuestro pueblo: enormes diferencias regionales y sociales, la política de población, la pobreza persistente, (el 51.6 % de los peruanos viven en pobreza y el 19.2 % en pobreza extrema), las excesivas desigualdades económicas y culturales, el desempleo, la migración creciente, la corrupción, la violencia social, el problema de la coca y el narcotráfico, agresión al medio ambiente, la debilidad de las instituciones democráticas, la inestabilidad jurídica, y el relativismo ético.

4. El bien común exige un desarrollo humano integral y sostenido. Razones históricas y políticas erradas han dejado grandes sectores geográficos y humanos al margen del desarrollo en un mundo globalizado.

Es obligación de los políticos y gobernantes responder con programas eficaces y adecuados a las necesidades más sentidas de sus conciudadanos, particularmente los más pobres y excluidos, dinamizando el potencial de desarrollo que ellos mismos tienen.

Responsabilidad de los electores

5. Acudir a las urnas es un derecho, pero también un deber, pues es la forma como los ciudadanos expresan en conciencia su opción política y participan responsablemente a través del voto en el futuro del país.

6. El voto exige reflexión y voluntad sincera de buscar lo mejor para el bien del país. Debe ser, por tanto, un voto responsable, consciente y maduro, después de una correcta información y un discernimiento objetivo y serio.

7. Consideramos básicos los siguientes valores éticos:

a. El respeto y la garantía de los derechos fundamentales e inviolables de la persona humana, a cuyo bien han de subordinarse siempre la política, la economía y el desarrollo integral de los pueblos.
b. El respeto y garantía de los derechos fundamentales de la familia, célula natural y básica de la sociedad, y la defensa de la vida desde la concepción hasta su fin natural. En consecuencia debe ser rechazado el aborto, la eutanasia, y todo lo que implica la muerte de seres humanos ya concebidos.
c. El respeto y la garantía de los valores esenciales de una sociedad libre, justa y democrática, en la que se garanticen los derechos de todos y de cada uno de los ciudadanos.

Responsabilidad de los candidatos y fuerzas políticas

8. “En el sistema democrático, la autoridad política es responsable ante el pueblo. Los organismos representativos deben estar sometidos a un efectivo control por parte del cuerpo social. Este control es posible ante todo mediante elecciones libres, que permiten la elección y también la sustitución de los representantes” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 408).

9. Es indispensable para los ciudadanos escuchar y confrontar distintas posiciones de los candidatos con el debido respeto mutuo. Los candidatos y las fuerzas políticas deben presentar y sustentar sus ideas y propuestas de gobierno con sinceridad y objetividad sobre: los derechos humanos, la democracia real, las instituciones del Estado, los valores éticos y sociales, el uso de los recursos públicos, la pobreza, el desempleo, el narcotráfico. Deberán especialmente incluir en sus planes de gobierno políticas concretas de los servicios de educación, salud y vivienda.

10. El Perú reclama de los candidatos un compromiso ético y una clara voluntad política en la lucha frontal contra la corrupción que ha atravesado nuestras instituciones afectando nuestra moral y ética pública.

“El vicio de la corrupción socava el desarrollo social y político de los pueblos... para erradicarlo se necesita, junto con la voluntad tenaz de las autoridades, la colaboración generosa de todos los ciudadanos” (Juan Pablo II, Mensaje de Paz, 1998).

Responsabilidad de los órganos electorales

11. Las instituciones encargadas de dirigir y vigilar el proceso electoral tienen el deber moral y la responsabilidad para con la patria de ser imparciales con todos los candidatos, asegurando la limpieza del proceso electoral y la igualdad básica de condiciones para todos los candidatos y grupos políticos.

Campaña electoral

12. La campaña electoral debe ser limpia, con dignidad y contenido. Debe hacerse con el debido respeto a la vida privada. El país y la democracia no se beneficiarán si la campaña se presenta ofensiva y agresiva con las personas y las instituciones.

13. Deben evitarse insultos y agravios; de igual forma las acusaciones con poco o sin ningún fundamento, las amenazas a las personas y a sus bienes, la superficialidad en el tratamiento de los verdaderos problemas del país. Se impone un diálogo alturado sobre temas de fondo, prevaleciendo la verdad, la justicia y la caridad.

Responsabilidad de los Medios de Comunicación Social

14. Durante todo el proceso electoral, los medios de comunicación social tienen una influencia decisiva. Por eso mismo, los comunicadores deben ajustarse a las exigencias de la ética para no caer en mera propaganda manipuladora o interesada, y para que los electores dispongan de una información verdadera, honesta y eficaz.

Responsabilidad postelectoral

15. La responsabilidad política y ciudadana no termina con las elecciones y la emisión del voto en las urnas. “La obligación por parte de los elegidos de rendir cuentas de su proceder, garantizado por el respeto de los plazos electorales, es un elemento constitutivo de la representación democrática” (Compendio de la D.S.I., 408).

16. Debemos colaborar con las autoridades elegidas y luego debemos supervisar y vigilar en el desempeño responsable de sus funciones.

El Perú nos convoca y nos necesita

17. Hay mucha gente buena, sacrificada y admirable a lo largo y ancho de nuestra geografía tan variada, rica y diversa. Gente trabajadora en el campo y en la ciudad, gente humilde y honesta, generosa y solidaria que está luchando heroicamente por un Perú nuevo en paz y justicia, buscando perseverantemente la reconciliación nacional.

18. Muchos de nuestros hermanas y hermanos peruanos, -más de dos millones-, han tenido que emigrar sacrificándolo todo pensando en su familia y en sus hijos. Ellos están aportando con su trabajo al bienestar de otros pueblos más desarrollados y contribuyendo al sostenimiento de la familia que dejaron en tierra peruana con el aporte generoso de sus remesas.

Miles de peruanos ejercerán su derecho y deber ciudadano en la elección de los nuevos gobernantes del Perú. Esta es una realidad que los candidatos no han considerado especialmente en sus planes y programas de gobierno.

19. Es el momento de alentar la confianza y la fe en nosotros mismos, en nuestro pueblo, en nuestras instituciones. Todos somos responsables del bien común. Todos debemos ser generosos y solidarios, todos diligentes y cumplidores de nuestros deberes. Todos tenemos que contribuir personal y colectivamente a la transformación y regeneración moral de nuestra patria.

20. Con el Santo Padre Benedicto XVI nos dirigimos a todos los peruanos. “No pueden eximirse de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánicamente e institucionalmente el bien común... Como ciudadanos del Estado, están llamados a participar en primera persona en la vida pública” (Dios es Amor, 29).

Con el auxilio de Dios y la protección maternal de la Virgen María, Madre de nuestro pueblo y la intercesión de todos nuestros santos peruanos nos comprometamos todos a trabajar con fidelidad, honestidad y solidaridad por el bien de todo el Perú y de todos los peruanos.



Lima, 15 de febrero de 2006




LOS OBISPOS DEL PERÚ.