TURÍN, viernes, 10 febrero 2006 (ZENIT.org).- La Iglesia italiana está regalando la Palabra de Dios a los participantes en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, Italia, cuya ceremonia inaugural ha tenido lugar este viernes.
El evangelio de Marcos es distribuido en parroquias, alojamientos y hoteles de la capital piamontesa. Junto a esta, numerosas iniciativas histórico-culturales y religiosas dan la acogida a los participantes, ofrecidas gratuitamente por las diócesis italianas de Turín, Pinerolo y Susa.
Además, en la Villa Olímpica, un centro interreligioso ofrece un espacio religioso a los atletas y sus acompañantes de las diversas delegaciones.
La iniciativa de la Conferencia Episcopal italiana (CEI) de ofrecer el Evangelio es responsabilidad de la Oficina de Turismo, Deportes y Tiempo Libre y, concretamente, de su director monseñor Carlo Mazza.
La CEI, de acuerdo con la Iglesia Evangélica Valdense y la Sagrada Arquidiócesis Ortodoxa de Italia, ha promovido esta edición del Evangelio de Marco en siete lenguas, que se distribuirá en los lugares de acogida. También se ha creado material para las celebraciones eucarísticas en francés, inglés y alemán.
Se ha decidido que las iglesias estén abiertas largo tiempo, con volantes impresos que presenten las características histórico-artísticas de las iglesias, y también algunos momentos en los que haya sacerdotes y otras personas para acoger a los visitantes.
En Turín habrá vigilas de oración y en la localidad de Sestriere, el 16 de febrero, en el cine Fraiteve, se presentará un musical sobre la fe cristiana.
En cada iglesia habrá folletos con todos los datos de las celebraciones, hojas en tres idiomas preparadas por la Oficina litúrgica de la arquidiócesis de Turín con la liturgia de los tres domingos del lapso ce celebración de la Olimpiadas.
En la introducción al librito editado por la CEI, don Mazza indica que esta cita «expresa la belleza del deporte, su indecible carga de humanidad, su capacidad de representar lo mejor de sí mismos frente al mundo con gestos atléticos memorables».
Recuerda al Papa atleta, Juan Pablo II, con una frase suya inserta al inicio del folleto: «El deporte es un don de Dios».
Cita así mismo el mensaje del actual Papa, Benedicto XVI, para estos juegos, que afirma que es ocasión de «elocuente amistad» y de «relaciones de entendimiento solidario entre los pueblos».
Por su parte, el cardenal Severino Poletto, arzobispo de Turín, al recibir en la catedral de la capital piamontesa, el pasado 8 de febrero, a los participantes en el concierto de bienvenida de la Iglesia Turinesa con motivo de los XX Juegos Olímpicos de Invierno, dio las gracias al Ayuntamiento de Turín que, con la arquidiócesis ha colaborado en la organización del concierto y expresó su bienvenida a todos los que han llegado a la ciudad para el evento olímpico.
